5 Consejos para potenciar el aprendizaje y talento del personal en bibliotecas

“La habilidad sirve de poco sin la oportunidad”. Napoleón Bonaparte

Si nos remontamos hace 10 o 20 años atrás, el potenciar o proporcionar desafíos apropiados a los colaboradores de una organización, se limitaba básicamente a entregar ascensos. Actualmente el paradigma ha cambiado y las empresas han redefinido la forma de visualizar, valorizar y empoderar al personal, poniendo de manifiesto que el éxito y cumplimiento de sus objetivos organizacionales se basa en la calidad de quienes trabajan dia a dia dando lo mejor de sí, en sus capacidades, su disposición a colaborar, en sus dones empresariales, liderazgo y mentoring, en un grado de adhesión con un sentido único y valioso.

Si nos enfocamos en el mundo de las bibliotecas, su naturaleza cambiante desde la perspectiva del uso y acceso a los servicios, recursos, tecnologías, vinculo con la comunidades, etc. demandan que las jefaturas y directivos se planteen el desafío de cohesionar y empoderar más a sus equipos de trabajo para crear comunidades de aprendizaje que vayan con los nuevos tiempos y sean verdaderos motores que movilicen y gestionen el conocimiento desde adentro. Dentro de los tips que pueden aplicarse en sistemas integrales de bibliotecas o unidades de menor envergadura, podemos mencionar:

  •  Otorgar la oportunidad al personal de corregir errores relacionados a productos y/o servicios de información. 

En muchas ocasiones tenemos la impresión de que un servicio o un producto de nuestra biblioteca no está dando los resultados esperados. El invitar a un colaborador a buscar soluciones desde su conocimiento y experiencia, alienta a crear propuestas y mirar más allá (transversalidad) con otra perspectiva.

  •  Permitir que los colaboradores roten en diferentes entornos /puestos de trabajo dentro de la biblioteca

La ventaja del trabajo en bibliotecas es que contamos con departamentos y secciones que, si bien trabajan por un objetivo en común, realizan diferentes funciones técnicas, de vinculación y de gestión. El rotar al personal cada cierto tiempo en diversos puestos de trabajos, se brinda la oportunidad de aprender y observar a la biblioteca como un “todo” y no sólo «mi espacio».

  • Invitar a los colaboradores a dar el primer paso.

¿Qué sucedería si dejamos un buzón de ideas y/o sugerencias en las oficinas pero para uso exclusivo de nuestro personal? Al otorgar los espacios para incubar ideas, se propicia una «cultura participativa, innovadora e integradora».

  • Incorporar a los colaboradores más fidelizados y comprometidos a nuevos proyectos.

Idealmente incorporarles a participar de ideas y/o proyectos con objetivos muy claros y ejecutables en cortos períodos de tiempo. Es importante no sobrecargar en la delegación al personal, sino que entregar flexibilidad en las tareas para que pueda trabajar productivamente en la labor «adicional»  encomendada.

  • Alentar a los colaboradores a ser parte de las “campañas de servicio”

Actividad periódica que tiene como misión motivar al personal desde perspectivas diferentes de lo material, haciendo énfasis en la felicidad, el crecimiento personal y laboral. A partir de esta iniciativa los participantes establecen una promesa para ejecutar acciones aprendidas, portando un distintivo que simboliza su compromiso con el propósito de cada tema tratado.

Es importante enfatizar que estas prácticas y oportunidades de aprendizaje, significan también dejar en el pasado algunas prácticas que si bien han ido en descenso siguen presenten en algunas organizaciones, tales como:

  • Liderazgos autoritarios
  • Nula participación de los trabajadores en la toma de decisiones
  • Cultura de ocultación de errores
  • Impersonalidad en las relaciones
  • Racionalidad en la división del trabajo
  • Planificación rígida y continuista. 

Para lograr una cultura colaborativa y de cooperación, es menester un cambio de mentalidad en la percepción que tiene la organización hacia los colaboradores, la cual debe reconocer en ellos su capacidad de aprender, innovar y prosperar, tener triunfos y fracasar, basados en quiénes son como personas y en quiénes desean convertirse en un futuro. Solo así se estará en condiciones de emprender con calidad y éxito una óptima gestión de las unidades de información. Al respecto, el diagnóstico, es sin duda el punto de inicio para implementar cambios y fomentar el empoderamiento, para ello, se debe redefinir el panorama de trabajo, detectar problemas y proponer soluciones.

Como bien sabemos, el talento humano es fundamental para todas las organizaciones y como tal, en el caso de las bibliotecas y unidades de información, el personal colaborador debe tratarse con la misma preocupación e interés que tenemos hacia el público usuario. Las bibliotecas deben «promocionarse/venderse» tanto hacia afuera como hacia adentro.

Cuando contamos con un compromiso personal “engagement”, las personas se transforman en fuente de inspiración para quienes los rodean, pero más allá de transmitir conocimientos y desarrollar competencias desde lo técnico en el marco de las funciones propias del trabajo, se contagia al equipo con una visión propositiva, abierta al cambio; nace una conciencia colectiva de la importancia de los cargos y el papel que cada miembro juega en el engranaje organizacional, en donde el “endomarketing” (Marketing hacia dentro), nos ayuda a relacionarnos con diferentes áreas de una empresa y descubrir de esta forma las potenciales (muchas veces desconocidas) del personal para permitir el desarrollo y la correcta implementación de los planes y estrategias a nivel global de la organización.

«La participación, equidad y el reconocimiento son los pilares en que los directivos de las unidades de información deben sustentar su gestión a la hora de desarrollar experiencias de aprendizaje para su personal”

Fuentes consultadas:

Vallejo, G (2013). Servicios con pasión. Siete casos exitosos de servicio al cliente en América Latina. Santiago, Chile: Norma.

Harvard Busness Review (2010) Desarrolle a sus colaboradores. Santiago, Chile: HBR.

Solimine G. (2010). Gestión y planificación de bibliotecas, Buenos aires: Alfagrama.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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