Cuando el libro tiene que ir al lector. (I)

En días pasados leí un post titulado “El señor del metro” escrito por Guillermo Otero (1), donde relataba una pequeña historia acerca de lo que puede hacer un libro. Otero relata que mientras leía “»1984″ de George Orwell, un señor de aproximadamente 70 años se le acercó y le entrego un papel con algo escrito. Desconfiado toma este papel y en él decía lo siguiente:

 

Foto: Guillermo Otero

Foto: Guillermo Otero

«Tengo 20 años buscando ese libro, después que lo lea, si me lo presta le presto uno que se llama ‘La hora 25’ que es tan bueno como ese. Gracias»

Después de terminar el libro y pasado algunos días de ese encuentro, Guillermo llamó al señor para decirle que le iba a dar el libro y si se podían ver en una librería para “prestárselo”. La gran sorpresa cuando se encontraron es que Guillermo le compró una edición de la famosa obra y se lo regaló. Desde ese momento, tanto él como el señor Ladislao comparten la misma idea de que los buenos momentos siempre los habrá cuando se abra un libro.

 

Si el lector no va al libro, el libro va al lector.

Viendo este relato me hizo pensar en aquel  populoso refrán de “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. Después de 20 años sin éxito buscando la obra de Orwell, metafóricamente hablando 1984 decidió buscarlo al señor Ladislao. Seguramente Guillermo no planeo esto como una actividad para incentivar a la lectura, pero indudablemente tendría que ser un modelo a seguir.

Si comparamos esta historia, podemos tomar como referencia la “tranvía literaria” en Rumania. Su creador, Eugen Benea de 63 años, busca con esto conseguir que los jóvenes renuncien al excesivo uso del teléfono móvil y se reenganchen a la lectura. (2)

Foto: EFE

Foto: EFE

Lo que arrancó con 15 libros donados por el mismo Benea y colocados en un tranvía en la ciudad Iasi, ahora tiene dos vehículos pintados de azul y con los rostros de famosos escritores rumanos o con portadas de libros, pasando constantemente por las diversas líneas del mismo, apoyados  por la Asociación de los Apasionados del Transporte Público Tramclub (3).

 

Cuando necesitas un “libro que te hable” sobre cualquier tema.

Imaginen este escenario por un momento, va a una biblioteca a consultar algo sobre el HIV y aparece este señor…

Con el slogan “Don’t Judge a Book By its Cover” (No juzgue un libro por su cubierta), Ronni Abergel, fundó en el Reino Unido esta iniciativa llamada “Human Library” (4), donde los lectores exploran un catálogo de “libros humanos” y eligen el título sobre el que les gustaría saber. Cuando deciden un título, son llevados a un área de conversación para conocer a su “libro” y éste le narrará una historia de aproximadamente 30 minutos.

Desde una prostituta, un director de la funeraria, un político o incluso un niño (5) son aquellos “libros” que pertenecen a esta colección teniendo una historia para contar. Esta “biblioteca” está diseñada para construir un marco positivo en cualquier conversación que pueda luchar contra los estereotipos y los prejuicios a través del diálogo, además de tiene la intención de convertirse en un medio para facilitar estas conversaciones y mejorar el entendimiento entre las personas que nunca podrían interactuar entre sí en la vida real.

 

Los libros adoptados se encuentran en la biblioteca callejera.

En la semana internacional del libro en el 2013 y con la finalidad de fomentar la cultura, la paz, la no violencia y la promoción de la lectura (y después de la aprehensión cuando se encontraba cerca de una manifestación), el comunicador social venezolano Diego Prada, tomó la decisión de “echar los libros a la calle” en busca de que un lector los adopte y en señal de buscar una manera para manifestar pacíficamente.

Foto: Adopta un libro

Foto: Adopta un libro

Adopta un Libro (6) comenzó como una actividad relacionada al 5° Festival de Lectura que se realiza en el Municipio Chacao de la ciudad capital venezolana y al ver los buenos resultados, decidió prolongarlo a lo largo de ese año y llevarlo a otras ciudades. Esta iniciativa se basa en la idea de compartir la buena lectura a través de la intervención de los espacios públicos.

Desde El Principito hasta cualquier obra de García Márquez, han sido los libros abandonados en las diferentes plazas o espacios públicos para que otros puedan encontrarlos y adoptarlos. La mecánica de esta iniciativa es lo más sencillo posible, seleccionar cualquier libro del cual la persona desee desprenderse y en buen estado es el primer paso. Luego, deberá escribir en la primera página el mensaje “libro en adopción, iniciativa Adopta un libro” y si lo desea algún mensaje complementario. Es muy importante elegir un buen lugar para dejar la obra, puede ser una plaza, parque, centro comercial o universidad. Leerlo y liberarlo después es el último paso y así sucesivamente.

 

Estas iniciativas apenas comienzan…

 

Mas información acerca de estas iniciativas:

1.- https://www.facebook.com/guillermo.otero.96/posts/10154010469493430?fref=nf

2.- http://www.efe.com/efe/america/cultura/un-tranvia-biblioteca-para-llevar-la-literatura-a-las-calles/20000009-2873685

3.- http://tramclub.org/

4.- http://humanlibrary.org/

5.- http://humanlibraryuk.org/catalogue/

6.- http://adoptaunlibro.org/

 

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