Redes sociales: nuevas colecciones en la biblioteca

Sirva de preámbulo para esta publicación el post que recientemente publicó mi compañero Víctor Hugo, sobre la Innovación en bibliotecología en las redes sociales, del cual quiero retomar lo siguiente:

“En un contexto social en el que Internet y sus recursos están cada vez más presentes en la vida de las personas, se observa que las redes sociales adquieren un papel destacado en la sociedad…”

images (1)

El impacto de las redes sociales ha sido tremendo, incluso han sido capaces de derrocar gobiernos (o al menos influir de manera decisiva); recordemos lo que sucedió hasta hace poco con el gobierno de Mubarak en Egipto, donde muchos de los ciudadanos se valieron de redes como Facebook y Twitter para expresar su descontento por el tipo de gobierno ejercido por el presidente; así la reacción del gobierno no se hizo esperar y bloqueando Internet, tanto de computadoras como de celulares pretendía frenar la expansión masiva de información que ya circulaba en la red; esto sin duda significó un suceso sin precedente donde las redes ocuparon un lugar preponderante.

Y sin duda que lo son… prueba de ello es que la Biblioteca del Congreso pretende inmortalizar una de estas redes: #twitter, según afirma el Director de Comunicación de la biblioteca Gayle Osterberg «Una parte de nuestra misión en la Biblioteca del Congreso es recoger la historia de América, y recopilar colecciones que tengan un valor para la investigación”.

twetter

© Carlos Pizcos.

Twitter, es una de las redes más populares hoy día (junto con Facebook), considerada como la mayor plataforma de microblogging, en el que podemos enterarnos de cualquier cosa, a través de los ya famosos 140 caracteres.

En 2010 se firmó un acuerdo por parte de Twitter y la Biblioteca del Congreso para dar acceso a los tweets difundidos desde que dio inicio la red (2006). La Biblioteca afirmó recientemente que el número de usuarios de twitter había alcanzado 200 millones de usuarios y el número de mensajes que pretende archivar asciende a 170.000 millones, bajo la premisa de que forman parte “pequeña” pero importante de la narrativa estadounidense; como ejemplo de lo que se almacenará para la posteridad encontramos el famoso tweet enviado por el presidente Barack Obama en 2008 después de su victoria electoral, en el que se leía: «Acabamos de hacer historia. Todo esto ha sucedido porque diste tu tiempo, talento y pasión. Todo esto ha sucedido gracias a tí. Gracias»

El desafío más grande al que se enfrenta es el almacenamiento de los mensajes. La biblioteca recibe cerca de 500 millones de tweets diarios y cómo podemos imaginarnos se encuentra en aumento; también ha decidido eliminar aquellos mensajes protegidos o eliminados.

Inicialmente el proyecto abarcaba únicamente los mensajes comprendidos entre 2006 y 2010, tratando de establecer sistemas que le permitan recibir y conservar el flujo diario y constante de los tweets, lo cual se está convirtiendo en un verdadero problema ya que por la cantidad de información los resultados off-line pueden tardar hasta 24 horas para ser recuperados. Se nombró a Gnip (una compañía de medios de comunicación) como la responsable que ha puesto a disposición de la Biblioteca más de 133.000 gigabytes de almacenamiento.

La iniciativa es por demás interesante y refleja que a medida que la sociedad se vuelve hacia los medios sociales como un método primario de comunicación, los instrumentos (redes sociales) se convierten en fenómenos sociales vitales, testigos y protagonistas de cómo se escribe la historia y por tanto merecedoras de ser tratadas y resguardadas en nuestros acervos para formar parte de nuestras colecciones, como menciona Osterberg: «Twitter es un nuevo tipo de colección de la Biblioteca del Congreso, pero una muy importante para su misión»

descarga (1)

Más allá de las curiosas e impactantes cifras mencionadas, esto acarrea un sinfín de interrogantes y retos que si bien la Biblioteca del Congreso ya tiene cierta experiencia manejando no sólo grandes volúmenes de información, sino también materiales no tan comunes, siempre se imponen nuevos desafíos; como por ejemplo:

  • El almacenamiento de estos tweets se está volviendo muy complicado,
  • Existe una gran variedad de mensajes: estos pueden ser mensajes originales, encontramos también aquellos que son falsos retweets,
  • El archivo almacenado no está ni controlado, ni clasificado como mínimo por temas, por lo que su recuperación es complicada. ¿Cómo se llevará a cabo este proceso?
  • Sobre el tipo de restricciones por cuestiones de privacidad,
  • Se diseñarán motores de búsqueda que sean más exhaustivos, etc.

Y seguramente habrá más cuestionamientos que responder, esperemos ver próximamente el catálogo de tweets.

Fuentes consultadas y/o recomendadas

Visitas:778

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *