Bibliotecario, tecnificación, pandemia, y rol de formador

Ser Bibliotecario tiene una serie de principios inalterables que se han mantenido en el tiempo y le dan un sello inconfundible al ejercicio de la profesión, pero lo que es innegable es que el mundo cambia, evoluciona a pasos agigantados y la presencia de la tecnología lo ha demostrado haciendo que los profesionales se adecuen, innoven y se transformen.

Con la llegada de la pandemia y su explosión mundial durante el año 2020, las bibliotecas que tenían un rezago significativo en sus procesos de tecnificación fueron las más golpeadas debido a que su principal fuente de actividad la presencialidad fue suspendida hasta nuevo aviso, esto demostró que los que no habían adelantado sus procesos de adecuación a lo que demandan sus usuarios, no tuvieron más que dar pasos tímidos o cerrar sus puertas. Como dice (Alonso y Frederico, 2020) las bibliotecas no han ejercitado con la misma fuerza su papel de curadoras de contenidos digitales, en un tiempo en que estos pasaron a ser la única opción para muchas familias.

Ya es mucha tela la que se ha cortado en relación al tema de la digitalización del fondo y memoria de una biblioteca por aquello del daño al patrimonio, sacrilegio intelectual, derechos de autor y pare de contar, pero lo que es cierto, es que lo que no está en la web en la actualidad no se puede ver ni consultar, las bibliotecas más exitosas son las que tienen su información disponible en línea, facilitándole así el trabajo a sus usuarios vestidos ahora con el traje de la virtualidad sobre todo en un mundo lleno de distanciamiento social por tiempo indefinido. Hay una amplia coincidencia entre operadores, gobiernos y expertos, no sólo en que seguir impulsando la digitalización de forma decisiva es, en cualquier caso, perentorio, sino que en las actuales circunstancias contribuirá marcadamente a la recuperación de la situación económica con y tras la crisis del COVID-19. (Klein, 2021).

Es deber irrenunciable del Bibliotecario responder al usuario eficaz y eficientemente en sus demandas de información y definitivamente la unión de servicios eficientes y tecnología son primordiales, ya no se justifica que por edad, desconocimiento o rebeldía no manejemos las herramientas con las que se mueve el mundo. La American Librarian Association (ALA) (2020), por medio de The Center for the Future of Libraries, trabaja en identificar las tendencias más relevantes en el ámbito bibliotecario. Las tendencias están divididas en siete categorías: sociedad, tecnología, educación, medio ambiente, política, economía y demografía. Entre las tecnologías se mencionan la tecnología blockchain (cadena de bloques), juguetes conectados, colección de datos, drones, reconocimiento facial, tecnología háptica (ciencia del tacto), Internet de las cosas, robots, unplugged o espacios de desconexión, realidad virtual y control de voz. Asimismo, estas tendencias trabajan en conjunto con otras categorías, como la gamificación en las bibliotecas, que implementa los juegos en el aprendizaje; el Fandom, donde la biblioteca facilita el desarrollo de comunidades de seguidores de un libro en particular, y el co-working, lugares de trabajo colectivo y los makerspaces denominados Fablab, Medialab o Crealab donde se facilita el uso de herramientas en la comunidad con equipos compartidos para la creación de ideas, como las impresoras tridimensionales.

El Bibliotecario como servidor al usuario debe escuchar atentamente que demandan estos ya que el rol que ejercía el Bibliotecario ha cambiado, ahora uno debe ir al usuario y esta vez a formarlo, orientarlo y dotarlo de herramientas para sus investigaciones, estudios y hobbies, enseñarlo a usar la web, a distinguir una fake news, a separar el lenguaje cotidiano del lenguaje técnico o de investigación, el rol de formador ha llegado para quedarse quedándose atrás el señor que manda a callar gente en una sala mientras está ensimismado en su trabajo. Como dice (Arévalo, 2021) De este modo, el papel del especialista en información es ahora más importante que nunca, pues las personas necesitan ser adecuadamente instruidas para enfrentar los desafíos que plantean las nuevas necesidades de información con el objetivo de desarrollar el conocimiento y las habilidades que serán de utilidad para el resto de sus vidas en un mundo cada vez más complejo tecnológicamente.

Y más allá de estas observaciones y análisis deben estar las soluciones:

  •  El Bibliotecario debe ser un ente orientador y formador con ideas frescas en pro de sembrar la semilla de la lectura en los niños, esos niños que pasaran un ciclo de vida y se convertirán en replicadores del mensaje, a su vez este efecto cambiará la forma de pensar de personas, familias y sociedades que demandarán mejores niveles de vida y a su vez serán menos influenciables y al formarse sortearán la problemática de la pobreza con conocimientos para lograr el sustento de forma honesta y sana.
  •  Los Spaces makers es algo fundamental para integrar a la sociedad y a la juventud a formarse o plasmar sus ideas en unión a la inventiva, la tecnología, y el conocimiento.
  • La constante actualización del Bibliotecario se hace una necesidad hay que ver, escuchar y participar en eventos internacionales, sobre todo en estos momentos que se realizan en línea para poder así estar en sintonía con el mundo y las realidades que demanda el ejercicio de la profesión.

Las cartas están sobre la mesa y el tiempo dirá o ya está diciendo como serán las bibliotecas del futuro.

1. ALONSO, Maria Luisa (Nina) y FREDERICO, Aline. El rol de las bibliotecas en tiempos de COVID-19: reflexiones y propuestas. Desde el Sur [online]. 2020, vol.12, n.1, pp.241-262. ISSN 2076-2674. http://dx.doi.org/10.21142/des-1201-2020-0015.
2. ORTEGA KLEIN, Andrés. El impacto del COVID-19: la digitalización como bien común. Documento de trabajo 1/2021 – 12 de enero de 2021 – Real Instituto Elcano
3. Center for the Future of Libraries. (2020). Trends. Recuperado de http://www.ala.org/tools/future/trends
4. ARÉVALO, Julio Alonso (2021) El bibliotecario como formador https://universoabierto.org/2018/08/25/el-bibliotecario-como-formador/comment-page-1/

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