Webconomía: web 2.0 y bibliotecas

«Es pasado el tiempo en que la biblioteca se parecía a un museo, en que el bibliotecario era una suerte de ratón entre húmedos libros y en que los visitantes miraban con ojos curiosos los antiguos tomos y los manuscritos. Es presente el tiempo en que la biblioteca es una escuela, en que el bibliotecario es en el más alto sentido un maestro y en que el visitante tiene la misma relación con los libros que el trabajador manual tiene con sus herramientas. » Melvil Dewey

La frase célebre de Melvil Dewey refleja claramente la visión del bibliotecario de hoy en día, cuyo poder de auto evolucionar, acorde con los cambios, le lleva a estar preparado ante todos los ambientes y retos presentes y futuros de la era actual.

Desde la antigüedad, la biblioteca ha desempeñado una función primordial como garante de la difusión del conocimiento generacional, experimentando grandes cambios en los aspectos tecnológicos, notables en las últimas décadas mediante la incorporación de recursos y herramientas que le permiten estar a la vanguardia en la sociedad de la información y web 2.0.

Las bibliotecas hacen posible la transmisión del conocimiento y el acceso a la información, con ello, incentivan la investigación. Las tecnologías actuales y la comunicación han experimentado cambios significativos que conllevan un desarrollo de productos y servicios bibliotecarios, cuya vía de transporte y difusión es la Internet.

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A principio de los años 80’s se  inició el proceso que dio origen al concepto de sociedad de la información, los avances tecnológicos y desarrollo de las ciencias en su mayoría, se han basado en esta época (era de la información y el conocimiento). Los bibliotecarios 2.0 desarrollan tareas esenciales en la organización sistemática del conocimiento, mediante el establecimiento de políticas y procedimientos para la gestión de los nuevos soportes de la información y las nuevas vías de difusión a través de la web.

Esta transformación – evolución, ha permitido a las bibliotecas académicas y especializadas, pasar de un mundo cibernético controlado sólo por expertos, a uno colaborativo, donde todos tenemos el derecho a participar, contribuyendo a que el personal bibliotecario desarrolle habilidades y conocimientos, antes ajenos a la mayoría. Los usuarios actuales de las redes sociales, requerían de gran inversión económica y ajuste intelectual para lograr participación y alcance en los espacios que conforman la telaraña de ordenadores interconectados a través de la red de redes, hoy la carga se hace más llevadera utilizando estas oportunidades.

En la tecnología Web, que debido al ritmo acelerado de su evolución algunos expertos llaman Web X.0, el usuario final es quien toma el control de los contenidos y selecciona los servicios de su interés, por tanto, ha convertido a los proveedores de estos recursos en desarrolladores de iniciativas, donde el centro de atracción no es el precio que puedan pagar los usuarios sino, el alcance que estas herramientas puedan lograr en los diversos ámbitos de la vida diaria de los internautas.

Hace un lustro, las bibliotecas invertían grandes cantidades económicas en la contratación de recursos humanos para garantizar su presencia en la red, desde entonces se proyectaba la influencia que tendrían en una sociedad mundial de internautas.

Redes sociales como Facebook y Twitter, plataformas de blogs como Blogger y WordPress, portales de video como  Youtube y Vimeo y los servicios de correo electrónico, entre otros; han permitido a las bibliotecas abrir sus fondos documentales y expandir los servicios no solo en el área geográfica en la que desarrollan sus actividades presenciales, sino también a millones de usuarios interconectados.

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Vladimir Sena. Dominicano de nacimiento, ingeniero en sistemas y computación de profesión e involucrado hace más de una década en las actividades bibliotecarias por pasión, administrador del blog Bibliotecnologia.com

 

 

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