En tiempos en los que lo que sobra es información que es albergada en una múltiple cantidad de soportes, sigue estando presente la discusión sobre el valor de las bibliotecas, si estas mantienen su rol y utilidad, vigencia, en definitiva, si siguen siendo importantes y necesarias para la sociedad.
Me permito darle a este post una veta básicamente reflexiva con la convicción de que como profesionales en el mundo de la información y las bibliotecas, debamos seguir reivindicando y revalorizando su rol e imagen en la sociedad.
«…una biblioteca a algunos les puede parecer en el mundo de internet, que es algo del pasado, a otros nos parece que es algo permanente… el libro no es viejo ni moderno, es sencillamente eterno…»
Esas fueron las palabras de mi Presidente José Mujica en la ceremonia de entrega de premios del Concurso de Ideas para la Biblioteca Daniel Vidart. Si nos enfrentamos a personas que cómo él seguramente se imaginen «el Paraíso bajo la especie de una biblioteca», tendremos gran parte del camino hecho y recorrido en la tarea siempre presente de convencer sobre cuán importantes siguen siendo las bibliotecas en el mundo de hoy. Pero pensando en esos otros caminos que con certeza muchos de nosotros hayamos tenido que recorrer, desde la nada, partiendo de cero y debiendo convencer de todo, es que hablaré de ese valor invaluable de la biblioteca al que hice alusión al comienzo de este post.

Biblioteca Universidad UCLA, Los Ángeles, California
Fotografía propia
Esa noción de permanencia de la biblioteca de que Mujica habla -la cuál comparto- refiere claramente a su colección; y la colección de una biblioteca se constituye luego de un largo proceso que consta de varias tareas, dando lugar a información valiosa y de calidad. Esta ha sido, es y seguirá siendo una de las razones de ser y estar de la biblioteca: el garantizar acceso a información de calidad y acorde a las necesidades de nuestros usuarios, sea en el soporte que sea que se encuentre.
Ya en otra oportunidad en Infotecarios, refiriendo al valor agregado de las bibliotecas y los bibliotecarios, decía que en un mundo que genera y alimenta sus vínculos humanos en la virtualidad, las bibliotecas » presentan una gran oportunidad de constituirse efectivamente en lugares de aprendizaje, encuentro e intercambio, que cada vez menos puede encontrarse en otros sitios.» Y en ese sentido, las nuevas formas de relacionarse los seres humanos así como sus nuevas necesidades y comportamientos frente a la información , significarán nuevas alternativas para las bibliotecas. Si bien, tal como lo plantea Julián Marquina“cada vez más nos enfrentamos a unos usuarios más independientes en sus búsquedas de información, que disponen de más contenidos a su alcance y que cada vez están más conectados a través de los medios sociales y de los dispositivos móviles»; en contrapartida requerirán una comunicación más instantánea a la vez que orientación y alfabetización en habilidades informativas mínimas que los hagan capaces y autosuficientes en el uso y manejo de búsquedas de información.
Para culminar me pareció bien interesante la reflexión que hace Julián Marquina afirmando que “la biblioteca no puede ser comparada con ningún otro lugar. Una biblioteca se podrá transformar, podrá incorporar nuevos espacios, servicios, soportes o formatos… pero seguirá siendo una biblioteca.”
Fuentes consultadas:
Marquina, J. (2013). [Informe APEI] Bibliotecas ante el siglo XXI: nuevos medios y caminos.
Velázquez, E. (2014). Presencialidad…fue, es y será nuestro valor agregado.
Un Libro es un nuevo mundo por descubrir y debemos valorarlo