El 11 de marzo de 2020, el director de la Organización Mundial de Salud (OMS) declaró el novel coronavirus (COVID-19) como pandemia. Desde entonces, muchos países han limitado sus fronteras, declarados toques de queda, entre otras acciones para limitar el flujo de personas en espacios públicos. Cada una de estas medidas se ha implementado para disminuir la propagación del COVID-19. La rapidez con la que se han reportado casos del novel virus ha sido una que no se ha visto desde siglos pasados. Con ello, la actualización de información e implementación de medidas ha cambiado en formas sin precedentes.
La enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. El virus que causa el COVID-19 es un nuevo coronavirus que se identificó por primera vez durante la investigación de un brote en Wuhan, China (Centro de Control de Enfermedades de los EE.UU., 2020).
Debido a que los primeros casos fueron reportados en Wuhan, el gobierno de los EE. UU., ha expresado comentarios racistas y xenofóbicos hacia la comunidad asiática y China. Ante este panorama, algunos medios han reportado y denunciado los casos que la comunidad asiática ha sufrido. No obstante, la cobertura mayor sobre el COVID-19 han sido medidas sobre cómo evitar o disminuir la propagación del virus.
Las recomendaciones persistentes de la CDC son:
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- Lavarse las manos y los brazos (hasta el codo) con jabón antibacterial y con frecuencia por 20 segundos
- De no tener acceso a estos, se recomienda el uso de algún gel desinfectante con un mínimo de 60 por ciento de alcohol.
- Distanciarse o aislarse en caso de presentar algún síntoma del virus, haber estado en contacto con alguien sospechosx de padecer del virus, padece de alguna condición médica que comprometa el sistema inmune o si no se siente segurx.
- Mantener una distancia de al menos 6 pies (1.8 metros) entre los demás.
- Desinfectar su entorno.
- Evitar espacios públicos con más de 25 personas.
- Evitar tocarse el rostro.
- Lavarse las manos y los brazos (hasta el codo) con jabón antibacterial y con frecuencia por 20 segundos
Debido a las recomendaciones e insistencias de los profesionales de la salud, varios gobiernos han instaurado medidas de emergencia. Entre estas se encuentra el cierre de escuelas, universidades, comercios y demás espacios públicos. En el caso de Puerto Rico, la gobernadora Wanda Vázquez Garced ha instaurado dicha medida. No obstante, no todos los gobiernos han respondido con la misma severidad. En varios estados de los EE. UU., aún algunos espacios continúan abiertos y proveyendo servicios. Entre estos espacios se encuentran las bibliotecas. Al inicio de la redacción de este post, varias bibliotecas públicas incluyendo las bibliotecas públicas de Boston, Nueva York y Chicago insistieron en permanecer abiertas. Esto, pese al llamado de su personal en solicitar el cierre como medida de seguridad. Ayer en la tarde, dos de este gran sistema de bibliotecas anunció su cierre. No obstante, algunas bibliotecas académicas continúan proveyendo servicios al público. Aunque se han tomado medidas para limitar el flujo de usuarios, varios profesionales de la información continúan expresando su preocupación.
En entradas anteriores he delineado cómo las bibliotecas han servido como refugios en tiempos calamitosos. No obstante, cuando pensamos en emergencias nacionales nos limitamos a considerar desastres naturales o conflictos bélicos. La situación que se está desenlazados globalmente es una diferente. Para muchos, incluyéndome, no hemos recibido entrenamiento o cursos relacionados a cómo lidiar con ello. Debido a la cantidad abrumadora de información que está circulando, la American Library Association (2020) se dio a la tarea de publicar y actualizar una guía de recursos relacionados a la pandemia de COVID-19 que estamos confrontando. La división de bibliotecas públicas de ALA también actualizó su portal sobre el tema.
El personal bibliotecario
El personal bibliotecario es un aliado de la comunidad. En instancias donde las comunidades que albergan bibliotecas han atravesado crisis, el personal ha tomado medidas para proteger la comunidad. En tiempos recientes, algunas bibliotecas han solidarizado con movimientos sociales. Ante la situación que se están atravesando varios países con la pandemia del COVID-19, el público y el personal bibliotecario está experimentando mucha ansiedad. Según se menciona al inicio de este escrito, debido al llamado a cerrar espacios públicos, los bibliotecarios han insistido en cerrar el espacio físico y moverse a ofrecer servicios de forma remota. Esto surge ante la preocupación sobre cómo el novel virus se ha propagado. Algunos profesionales de la información sugieren que mantener los espacios públicos cerrados para evitar la propagación entre usuarios y el personal. Uno de los grupos que ha expresado esta preocupación ha sido Boston Radical Reference Collective, quienes urgen que todas las bibliotecas del estado de Massachusetts, se cierren y que el personal pueda aislarse en sus hogares, según ha sugerido la CDC y la OMS.
Al momento en que este escrito se está redactando y en su fase de edición, la American Library Association (ALA) hizo un comunicado de prensa recomendado a las bibliotecas a cerrar y ofrecer sus servicios de forma remota. La Asociación de Bibliotecarios de Nueva Inglaterra (NELA, por sus siglas en inglés) se une al llamado de ALA en proteger a los empleados de las bibliotecas. Los servicios que ofrecen los bibliotecarios en sus respectivas unidades se caracterizan por ser presenciales (“face-to-face”). El contacto presencial con los usuarios es uno de los aspectos vitales de los servicios de referencia y préstamo de recursos. No obstante, estos servicios han sido identificados como uno de los que mayormente puede poner en riesgo al personal bibliotecario y al resto del público. Es por ello por lo que varios grupos profesionales le urgen los administradores y grupos de interés que protejan a sus empleados. Por su parte, algunos grupos preocupados por la brecha digital insisten en mantener a las unidades de información abierta. En particular, los colegios universitarios y universidades que le sirven a poblaciones en desventaja socio-económica.
Según el DATA US (2018) y el Department for Professional Employees (2018) la edad mediana del personal bibliotecario es entre 47 a 55 años. Esto significa que, en el 2020, la mayor parte de los bibliotecarios son mayores de 50 años. Esta mediana de edad es identificada por CDC y la OMS como uno de los grupos susceptibles a sufrir complicaciones por COVID-19. Cabe mencionar también que DATA US (2018) identifica la brecha salarial por género en el personal bibliotecario y raza. Esto se puede interpretar como menor ingresos para costear servicios médicos en caso de contraer COVID-17. En el 2018, se identificó que la cantidad de profesionales de información son 143k mujeres y 31.2k hombres. Estos últimos han sido identificados como ocupar más posiciones de liderazgo que mujeres.
Guías sobre cómo proveer servicios remotos
Las bibliotecas que se han visto en la obligación de cerrar han ofrecido ha proveer servicios de forma remota. Saúl Equihua (2020), proveyó una guía qué hacer en caso de que las bibliotecas tengan que cerrar. También se hace referencia a la guía publicada por el Ministro de Ciencia e Innovación de España. Entre las sugerencias más contundentes se encuentra la necesidad de mantener a los usuarios informados sobre los acontecimientos del COVID-19. Algunas asociaciones profesionales como REFORMA, Capítulo de Puerto Rico, ha recopilados recursos sobre el tema. En su portal, ALA (2020) compartió información para combatir el racismo y la xenofobia que ha circulado relacionada al coronavirus 2019. Además de la información relacionada al virus, las bibliotecas han actualizado su portal para orientar a su público en cómo acceder los recursos en línea como ebooks, películas y recursos educativos para niños. Un ejemplo de ello ha sido la Biblioteca Pública de Nueva York. Otras bibliotecas como la Pollard Memorial Library en Lowell, Massachusetts han recomendado a sus usuarios a hacer uso de su plataforma de libros electrónicos, OverDrive. Junto al préstamo de libros electrónicos de las bibliotecas ha recomendado el uso de bibliotecas digitales como el Proyecto Gutenberg. Varias biblioteca también han difundido información sobre iniciativas de autores de literatura infantil para entretener y educar a niños que se encuentran en aislamiento. En Puerto Rico, grupos como Lee Conmigo han hecho lectura de cuentos infantiles a través de las redes sociales.
La situación que se está desatando globalmente, no se ha experimentado desde el siglo pasado. La información ha estado evolucionando a pasos acelerados. Paralelo a ello, las desigualdades sociales se han acentuado. En el caso de las bibliotecas, preocupa cómo este tipo de situación impacta a los usuarios que se encuentran dentro de los desfavorecidos por la brecha digital. A su vez, el acceso a servicios de salud física y emocional queda en juego. Una vez concluya el periodo de aislamiento y cierre de servicios públicos, muchas personas se encontrarán con problemas económicos. A lo largo de la historia del siglo XX y XXI, las bibliotecas han sido bastiones para estas comunidades. Cuando un usuario necesita información sobre hacia dónde dirigirse, el personal bibliotecario asiste a este. Sin embargo, ante el cierre de las bibliotecas y la necesidad del retirar al personal de espacios públicos, nos encontramos ante una situación que aún no sabemos cómo solucionar justamente.
Nota: Se reconoce que al momento de editar y programar esta entrada, la información compartida cambiará. Debido a ello, se estará compartiendo la información actualizada a través de las redes sociales. Se le invita a los lectores a que compartan recursos electrónicos fidedignos y libres de prejuicios en el hilo que anuncia esta entrada en las redes sociales. También se le sugiere a los lectores a compartir información que ha distribuido las diversas organizaciones profesionales de sus respectivos países para fomentar el intercambio de información.
Referencias
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Department of Professional Employees. (2019). Library professionals: Facts and figures. https://www.dpeaflcio.org/factsheets/library-professionals-facts-and-figures
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