La privacidad subestimada

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¿Cuál es la labor del bibliotecólogo / científico de la información en una sociedad en la que la importancia de la privacidad está subestimada en términos morales y económicos? Me genera curiosidad -científica- pensar en cómo nosotros como científicos de la información desde nuestra labor profesional y académica podemos hacer parte de una solución a esta problemática? Yo hago parte del sistema -¿es imposible no serlo?- en tanto tengo cuentas en redes sociales, navego internet a diario, uso servicios de la nube a diario, entre otras actividades enmarcadas en la virtualidad.

Imagen por: Jonathan McIntosh en Flickr.

Imagen por: Jonathan McIntosh en Flickr.

Ante todo, quiero decir la premisa que tengo: la privacidad no debería ser un tema por el cual nos deberíamos preocupar, por algo el término tan cercano y relacionado dicho como confidencialidad. La privacidad es un derecho que tenemos todos los seres humanos y un deber que los Estados deben asegurarnos.

Teniendo esto claro voy a adentrar en una serie de ‘anomalías’ del sistema que está acercándonos a un futuro en el que son posibles muchas cosas, pero que se direcciona por un camino peligroso y con consecuencias para nada esperanzadoras. Michael Fertik afirma en su artículo «The Rich See a Different Internet Than the Poor«, que nos han vendido la personalización de los contenidos como una función de control sobre lo que vemos en Internet, es decir, como una herramienta que nos permite ajustar los contenidos a mis gustos personales. Es verdad que la personalización hace eso, pero ese no es el fin altruista de las plataformas que lo dejan hacer, su fin es obtener información muy útil para las empresas que mandan en el mercado y finalmente controlan gran parte del sistema (del cual, repito, somos partícipes).

La manera en la que funciona este sistema no es la correcta, porque nosotros somos los que damos nuestra información, ellos ya tienen todo calculado en los scripts de las diferentes plataformas (redes sociales, e-commerce, bancos, etc.) y nos mandan información ajustada a nuestro gusto pero con el toque de las diferentes empresas que nos pueden ofrecer sus servicios y/o productos. Así, somos el insumo del sistema y al mismo tiempo el consumo; el problema acá radica sobre el hecho que aquellos que invierten todo somos nosotros, los usuarios.

Por esto, es una realidad que todo lo que hacemos en línea queda registrado y no encriptado, es decir, es posible que todo sea leído después fácilmente por otros. Curtis Wallen, ha creado a una persona ficticia llamada Aaron Brown tanto en el mundo digital como en la vida real, con papeles falsos. Su objetivo era mantener a este personaje anónimo, irrastreable en la web; la conclusión es que es una tarea díficil de lograr, un imposible. Si quieren conocer un poco más a fondo sobre este experimento pueden leerlo en este enlace.

Todo este gigantesco tema de vigilancia que gira entorno a la vida de las personas, ahora ya mucho más cercano con la facilidad que se da en la virtualidad, nos acecha y debemos preocuparnos y saberlo llevar. No es fortuito lo que ha pasado con las fotos de famosas actrices, modelos y demás personalidades femeninas que han tenido que sufrir las miradas del otro/a sin su permiso. Es algo que como personas y bibliotecólogos no podemos permitir que suceda.

Ahora bien, todo este escrito para llegar a la pregunta del principio. Considero que desde nuestra función alfabetizadora tenemos que preocuparnos por el respeto a la privacidad; no es una cuestión de la infancia, es algo que todas las edades deben estar bien in-formadas. La información que proveemos a todas las plataformas en las que nos inscribimos semanalmente debe ser respetada; sabiendo que esto no es así, debemos ser conscientes de lo que compartimos sobre nosotros, pues no tenemos el control sobre los contenidos que producimos y que consumimos. Por tanto, adicional a los conocimientos que ofrecemos sobre recuperación de información, el día de hoy debemos crear y fortalecer habilidades en la creación y distribución de la información.

Espero haber dejado en el lector de este breve post algo en que pensar sobre la privacidad, un derecho humano de todos/as.

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