Creo que una de las palabras que como profesional más repito, es ‘interdisciplinariedad’; tan compleja como se escribe pero cuan amplia que se presta para darnos entrada a múltiples caminos teóricos y prácticos en nuestra ciencia, y al tiempo nos deja movernos en infinita cantidad de desarrollos de la sociedad.
Y en este post vuelve a jugar un rol importantísimo, porque me he dado cuenta que la Ciencia de la Información y la bibliotecología son áreas agradecidas y con los brazos abiertos a cualquier persona que desee hacer parte de su gremio. Hace un par de semanas me encontré con un artículo del New York Times titulado “A Hipper Crowd of Shushers” del 2007 escrito por Kara Jesella (año en el que comencé mis estudios universitarios y del que tuvieron que pasar 7 años para saber que existe), que muestra un punto de vista fabuloso del cambiante perfil moderno que sufre el bibliotecólogo hoy día.
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Es un perfil que encaja perfectamente en uno de los muchos aspectos que le hace falta a la sociedad actual: seres capaces de defender la información, de ser la cara de la información; no me refiero a seres que usan la información, sino seres que representan humanamente a la información y la ofrecen para su buen uso. Eso es lo que considero que somos.
A fondo lo que el artículo del New York Times ofrece al lector es la salida del bibliotecólogo de la unidad de información no solo para irse a tomar una cerveza y ser “cool” en la sociedad actual, además para ser parte de la sociedad profesionalmente, a ser un activo (entiéndase como persona activa, no como bien) tanto dentro como fuera de las unidades de la información, pues somos más que gerentes de éstas: somos la cara entera de la información.
Es en este sentido que se puede asegurar que la figura estática de nuestra labor y ciencia sufre un cambio a nivel internacional pero que seguramente se tiene que reforzar día a día con nuestro esfuerzo y amor hacia lo que enfrentamos en Latinoamérica. Asumir la información como nuestra cara, y que la información nos asuma como su cara, es una realidad y una idea expansionista de las posibilidades incalculables e interdisciplinarias que tenemos capacidad de hacer realidad, que finalmente lo que buscan es facilitar el acceso a la información.
La información como generalidad debe tener identidad, y somos los profesionales indicados para asumir ese cargo y estamos destinados a lograrla. La información lo da todo a la sociedad, a nosotros nos provee de un empleo y de un gusto en particular, su uso adecuado. Nosotros somos su cara. Es así que vamos por buen camino efectivamente, pero un camino con necesidad de ser profundizado y especializado con esfuerzo día a día en nuestra labor diaria, no sólo en nuestras unidades de información, también en la cotidianidad de afuera.