Nota: El siguiente artículo es el tercero de varios sobre los programas de bibliotecas escolares y las competencias de información.
En noviembre de 2017 la American Association of School Libraries (AASL) publicó sus estándares nacionales. Desde el 2009 esta asociación no había realizado una publicación o revisión de esta magnitud. Por lo cual, se ha desarrollado una serie de iniciativas por parte de la Asociación para difundir la publicación de estos y su pertinencia.
El marco actual está compuesto de siete estándares y cuatro dominios. Los estándares se identifican como: (1) indagación, (2) inclusión, (3) colaboración, (4) curar, (5) explorar, (6) participación. Dentro de cada uno de estos estándares se identifican los cuatro dominios (pensamiento, creación, compartir y crecimiento). (AASL, 2018).
La entrada presente se estará centrando en el primer estándar del marco: Indagación.
Indagación
AASL (2018) identifica la indagación e investigación como el núcleo de la biblioteca escolar. A su vez, el bibliotecario escolar es un agente quien desarrolla y facilita un ambiente para la creación de actividades que propician la investigación. Este proceso está acompañado de presentar preguntas, adquirir contestaciones, desarrollar el pensamiento crítico y la comunicación a través de un proceso cíclico de exploración. Dentro de los fundamentos y compromisos comunes se identifica lo siguiente:
“Build new knowledge by inquiring, thinking critically, identifying problems, and developing strategies for solving problems” (p. 59).
Dominios
Pensar
Bajo el dominio de pensar, se identifica que el aprendiz debe mostrar curiosidad e iniciativa a través de la formulación de preguntas sobre sus intereses personales o curriculares. Junto a ello, el aprendiz debe ser capaz de atar conocimiento previo al contexto nuevo para crear nuevos significados. Durante este proceso el bibliotecario escolar debe propiciar y ayudar al aprendiz en su curiosidad para la búsqueda de información. Junto a ello, la biblioteca facilita e inicia el proceso de curiosidad en el aprendiz proveyendo información pertinente para el estudiante de acuerdo con las materias escolares y grados escolares. También alinea e integra la instrucción al usuario al currículo escolar.
Crear
Crear consiste en que el aprendiz interactúe con nuevo conocimiento a través de un proceso que incluya: (1) uso de evidencia para investigar las preguntas que se desean contestar, (2) desarrollar e implementar un plan para reducir la brecha del conocimiento y (3) crear productos que demuestren lo aprendido (AASL, 2018). El bibliotecario escolar debe asegurar que el nuevo conocimiento se genere a través del incentivo de preguntas de investigación y colaborando con el aprendiz en el desarrollo de un plan a través de evidencias. Por su parte, la biblioteca debe propiciar dicha experiencia a través de sus recursos, información y facilidades tecnológicas. Cada uno de estos componentes suponen ayudar al aprendiz a crear un producto que refleje su proceso.
Compartir
Bajo el dominio de compartir, el estudiante debe adaptar, comunicar e intercambiar lo que ha aprendido a través de productos con otros en un ciclo que incluya: interacción con el contenido y con otros, retroalimentación e implementando el intercambio discutido en el proceso de retroalimentación. Finalmente, se supone que el estudiante comparta su producto con una audiencia (AASL, 2018). A lo largo de este proceso, el bibliotecario escolar debe guiar al estudiante, proveyendo oportunidades para que éste pueda compartir el conocimiento adquirido. Mientras tanto, la biblioteca escolar, al igual que en los demás dominios, debe ser un lugar que propicie este intercambio. Cada proceso debe ser guiado por objetivos medibles y con datos para el mejoramiento de los recursos, servicios y procesos de instrucción al usuario (AASL, 2018).
Crecimiento
El crecimiento es un dominio centrado en la constante búsqueda de conocimiento a través de la investigación. En este proceso, el estudiante busca nuevas formas de entender la información y acude a procesos de reflexión (AASL, 2018). El bibliotecario, como facilitador, debe asistir al estudiante en sus intereses y necesidades. Junto a ello, debe propiciar que dicho conocimiento y proceso sea pertinente en escenarios de la vida real. Por su parte, la biblioteca asegura un ambiente que propicia la experiencia de investigación e indagación. Dentro del proceso, el personal y los recursos de la biblioteca ayudan al estudiante a forjar destrezas de pensamiento crítico y maximizar el proceso de aprendizaje.
Experiencias en la aplicación
La primera actividad que se llevó a cabo contemplando el marco de estándares de AASL fue en conjunto con los maestros de historia. En la actividad planificada, los estudiantes debían identificar un tema cubierto en el curso de Historia Mundial. En la primera fase de la actividad, la biblioteca escolar ofreció un taller sobre cómo realizar una bibliografía anotada y evaluar recursos bibliográficos. Una vez concluido el taller y que los estudiantes hayan identificado el tema debían seleccionar un curso impreso, un artículo de una base de datos suscritas y una fuente de un servicio de búsqueda comercial. En el caso del recurso impreso, se les requería a los estudiantes acceder al catálogo automatizado de la biblioteca y verificar el recurso impreso. El tercer recurso (recuso accedido a través de un buscador comercial) este podía ser sustituido por otro tipo de recurso que los estudiantes hayan identificado en las colecciones de la biblioteca.
En la segunda parte de la actividad, los estudiantes realizaron una bibliografía anotada. En misma debían hacer un breve resumen de cada una de las fuentes seleccionadas, una evaluación de la fuente y una reflexión en la cual describen cuál es la pertinencia de la fuente para su trabajo final. Finalmente, los estudiantes incorporaron la información que obtuvieron a través del proceso de indagación en un zine. El propósito de la última fase del trabajo es crear un producto el cual permita un proceso cíclico en el que los estudiantes se apropien de la información que han investigado, desarrollen un producto a través de un proceso académico y creativo y lo compartan con sus pares.
Evaluación del estándar
El proceso de evaluación del estándar debe de ser uno que vaya de la mano con el currículo escolar (AASL, 2018). El mismo debe ser guiado a través de objetivos medibles y productos realizados por los estudiantes. Junto a este proceso, se debe evaluar la implementación de la tecnología y su rol en cada uno de los dominios. Desde un paradigma administrativo, el proceso de evaluación se debe llevar a cabo en conjunto con los directores escolares y los líderes de cada asignatura escolar. Dentro de las metas se debe contemplar la retroalimentación del estudiante, las metas que se han planteado y cómo el proceso de aprendizaje está alineado a las metas de la escuela.
Referencias
Framework. Recuperado de [link]
American Association of School Libraries. (2017). Implementation Plan. Recuperado de [link]
American Association of School Libraries. (2017). AASL Standards Framework for Learners. Recuperado de [link]
American Association of School Librarians (2018). National School Library Standards for Learners, School Librarians, and School Libraries. Chicago, IL: ALA Editions
AAS Standards and Guidelines Implementation Task Force (2017). Counting down to standards release! Knowledge Quest. Recuperado de [link]
Lamberck, L.C. (2018). Innvation spaces: School libraries transfored for 21st century. CT Post. Recuperado de [link]