Congreso IFLA 2016 en Columbus, Ohio (Estados Unidos): Diario de viaje

Si bien asistir al congreso de IFLA es una aspiración perpetua que no se agota con una participación, en el 2016 una feliz serie de circunstancias me permitió asistir a la edición en Columbus, Ohio. Dividida entre el entusiasmo por irme y la reticencia de separarme de mi hija por primera vez (y pasando por alto que detesto viajar), puse al día mis asuntos, armé la valija y me fui.

Llegué el sábado de tarde y me dispuse a ir al Caucus Hispánico. Me hospedaba en German Village, cerca del Centro de Convenciones, así que muy difícil no podía ser. Pero me desorienté, me agarró la lluvia y por suerte perdí el ómnibus (por suerte porque si lo alcanzaba, con la mojadura que llevaba seguro caía enferma). Les dije, detesto viajar. Mi experiencia anterior con IFLA también fue así: no es ni fácil ni simple pero hay que insistir.

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El domingo sí llegué a la sede sin mayor inconveniente, muy temprano (sólo estaban los voluntarios), me acredité y fui a la Newcomers Session, a la que me he prometido asistir siempre que tenga la oportunidad. Es muy buena y felicito a la organización por esa introducción tan entusiasta que hace que uno pierda un poco el miedo, que nunca se pierde del todo – pero está bien así. Allí conocí a colegas de Estados Unidos y Turquía, con quienes disfruté conversar.

En total asistí a 16 sesiones (069, 070, 078, 092, 098, 105, 111, 121, 131b, 165, 188, 194, 202, 214, 226), incluyendo la bienvenida, apertura, mesas redondas, plenarias, asamblea y clausura. También asistí a la sesión de posters y visité la exhibición comercial, en ambos casos guiándome un poco por una preselección con el programa y otro poco por azar, que es como pasan las cosas más interesantes. Las bibliotecas de visité: Columbus Metropolitan Library (sesión 131b) y el viernes 19 Columbus School for Girls y Bexley High School.

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Luego del congreso visité otras dos bibliotecas más: la Carnegie Library of Pittsburgh (y breve paseo por la Learning Cathedral) y el Post Learning Commons and Drexel Library de Saint Joseph’s University en Philadelphia, ambas ciudades en Pennsylvania, estado contiguo a Ohio. Saint Joseph’s University es de la Compañía de Jesús, al igual que la institución en la que trabajo. Y antes de volverme a Uruguay, también cambié libros en una Little Free Library en una calle.

Elegí sesiones en torno a cuatro áreas de interés: Servicios para niños y jóvenes, Alfabetización informacional, Limitaciones y excepciones al derecho de autor, y Asociaciones profesionales (especialmente UN Agenda 2030).

No pude asistir, pero me hubiera gustado, a sesiones de Formación y desarrollo de colecciones, Catalogación (RDA), UX, Wikipedia, Libertad de acceso a la información y libertad de expresión y Repositorios institucionales.

Los grupos de interés a los que no me acerqué fueron: Bibliotecas Nacionales, Legislativas, de Salud, de Libros raros y manuscritos, LGBT, Servicios para refugiados, Conservación y preservación, Descripción de materiales no textuales y conocimiento indígena, y Enseñanza de la bibliotecología. Tampoco asistí a ninguna sesión de la exhibición.

Notas e impresiones:

Nunca hay que perder de vista que las realidades son diferentes pero los problemas son los mismos (o más o menos). A veces uno se obnubila con abundancia de recursos y no percibe que quizás el colega tiene mobiliario glamoroso y el sueldo le permite irse de vacaciones a un destino exótico, pero básicamente: permanecer relevantes en un mundo cambiante, y extender el servicio a toda la comunidad son los dos desafíos que tenemos todos.

Servicios para niños y jóvenes:

  1. Debemos considerar un rol más activo en la alfabetización infantil y adulta.
  2. Hay que difundir lo que hacemos en redes sociales, para que otros aprendan de nuestros aciertos y errores (y viceversa), y como una estrategia para involucrar a los usuarios adolescentes.
  3. El servicio debe ser proactivo y planificado en forma de programas atractivos para la población de usuarios (alfabetización, deberes vigilados, hora del cuento, festival Harry Potter, etc.)
  4. Hay formas de cooperar entre bibliotecas, Sister Libraries es un gran ejemplo: no cuestan más que esfuerzo y revitalizan y entusiasman al personal.
  5. El espacio es parte del servicio, y es tanto o más importante que nunca. La biblioteca reúne, agrupa, es punto de encuentro y de identidad. La ALA y las Bibliotecas de Barcelona han publicado listas de recomendaciones a tener en cuenta.

Alfabetización informacional y digital:

  1. La MIL (Media and Information Literacy) está a continuación de la Open Access Week, cuyo lema este año es Open in Action: una y otra actividades podrían vincularse.
  2. Si bien es un tema que tiene mayor desarrollo a nivel terciario (usuarios universitarios) hay iniciativas interesantes extendiendo la MIL a estudiantes de secundaria (ver proyecto Go Search!, de Klaus U. Werner de la Universidad Libre de Berlín)
  3. Al igual que el servicio para niños, debe presentarse en forma de programas. El libro de conceptos umbrales (Teaching information literacy threshold concepts, P. Bravender, H. McClure, G. Schaub eds.) de ALA tiene planificación de lecciones por habilidades en vez de contenidos, un abordaje muy interesante.

Limitaciones y excepciones al derecho de autor:

Es interesante ver el desarrollo histórico y las bases culturales en cada país, así como las consecuencias a veces inesperadas de la falta de excepciones. Big Data (que es el tema del momento en Artificial Learning y que consiste en usar grandes cantidades de datos para modelar y predecir, o sea, lo que una máquina llama “aprender”) y GoogleView (que fotografía el mundo entero y que arda la protección intelectual de monumentos!) tienen que ser los grandes aliados de las Bibliotecas Nacionales en este tema.

FAIFE (libertad de acceso a la información y libertad de expresión) es un tema vinculado a cuyas sesiones no asistí, donde quizás se discutieron otras consecuencias de la falta de limitaciones y excepciones al derecho de autor.

Cortesía IFLA WLIC 2016

Cortesía IFLA WLIC 2016

United Nations Agenda 2030 + Gestión de Asociaciones

El asociacionismo es frágil y delicado, y debe protegerse del descrédito que otros actores no dudan en adscribirle. “Ladran, Sancho” reza la apócrifa cita. Los objetivos de desarrollo sustentable de la Agenda 2030 ofrecen a las asociaciones de bibliotecarios un excelente libreto para dirigir sus políticas e insertarse de la mejor manera en la política local.

Cortesía IFLA WLIC 2016

Cortesía IFLA WLIC 2016

Queda fuera de este breve informe lo más importante del congreso: las personas. La persona sentada en la silla de al lado, la prestigiosa autoridad que no duda en conversar con uno en el pasillo, el tímido presentando un poster en un idioma que no es el propio, el representante comercial ojeroso porque viajó 30 horas para llegar, la organización y los voluntarios haciendo lo mejor posible para resolverle los problemas a uno, son lo que más rescato del IFLA WLIC.

Me enorgullece pertenecer a un colectivo para el que preocuparse por el prójimo no es una tarea con horario de entrada y salida, sino una forma de vida. ¡Que nunca cambie!

Julia Demasi, set. 2016.
Nota: Redacté una crónica mucho más detallada y cándida, que se puede leer en https://docs.google.com/document/d/1bCdyIEfoLl1QpaeRBIZ1JzY8oKM0VFMS7hXAHePS7XE/edit?usp=sharing

 

Julia Demasi. Montevideo, Uruguay, 1979. Licenciada en Bibliotecología (2007). Trabajó en bibliotecas universitarias de ingeniería entre 2000 y 2013 (Universidad de la República, Uruguay; pasantía honoraria en University of Minnesota, Estados Unidos, 2008-2009), y como referencista virtual (Tutor.com, 2006-2008). Desde abril de 2013 trabaja en una biblioteca escolar católica (Colegio Seminario, Montevideo)

 

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