WhatsApp en bibliotecas: aciertos y desaciertos

Las bibliotecas muchas veces están a la vanguardia de la aplicación de nuevas tecnologías. Es más, me encuentro en varias ocasiones que las bibliotecas suelen usar herramientas de moda  para casi todo. Por eso creo que en la actualidad la aplicación móvil de mensajería instantánea, WhatsApp, es «la» herramienta. Es una tecnología «barata» y al alcance de la «mano» de los usuarios y las bibliotecas con pocos y muchos recursos. Su uso se puede recomendar para cualquer tipo de biblioteca, sea popular, pública y comunitaria. Pero cuidado, hay que tener cuidado de no invadir al usuario con información y notificaciones por mensajería instantánea, creyendo que es una red social, por este canal de comunicación. Con ello corremos el riesgo de ahuyentar a los usuarios, cada vez más difícil de atraer a las bibliotecas. 

En este post quiero referirme a dos experiencias que me he encontrado charlando y visitando bibliotecas. ¿Qué errores y aciertos podemos encontrar en la utilizacón de esta herramienta?.

Aciertos: referencia virtual en las bibliotecas

Una biblioteca popular utiliza WhatsApp como un canal directo digital para referenciar a solicitud de los usuarios y satisfacer sus necesidad de información en el momento. La mayoría que demandan esos servicios son adolescentes. La bibliotecaria explica que los adolescentes no van a la biblioteca, pero muchos de ellos utilizan esta canal virtual, sin necesidad de acercarse a las instalaciones. Aquí la tecnología móvil es un herramiento que permite generar un vínculo mediador entre bibliotecario y su comunidad de usuarios. Permite el acceso instantáneo a una referencia en cualquier espacio y lugar. Los usuarios están todavía más cerca de la biblioteca.

Desaciertos: sin utilidad como red social en bibliotecas

También cuenta que tuvo que disolver un grupo lectura de WhatsApp de la biblioteca porque se volvía insostenible la gestión del mismo, incluso las personas no respetaban compartir información inherente a la temática que los convocaba. Los integrantes empezaron a salir uno por uno del mismo. No quedó otra que armar un grupo de Facebook que fue más efectivo.

¿Es efectivo WhatsApp como red social? 

WhatsApp no es herramienta una red social. Sin embargo, tiene cada vez más funcionalidades sociales, como los “Estados” y “Grupos”, no siempre son adecuados para armar un grupo de discusión “públicos” sobre alguna temática. Cuanto más personas hay en ellos más difícil su gestión, y es contraproducente para crear un espacio reflexivo.

Sí, podría ser utilizado como un canal directo de información, pero habría que ver si esto satura a los contactos de llegarles a su teléfono información constante de la biblioteca, que también se brinda por otros canales como Facebook, Twitter o Instagram. O sea, puede llegar también a ser contraproducente invadir de información con mensajes directos a los contactos de la biblioteca. Si con la información que le pueda interesar.

Mini manual de buen uso de WhatsApp en bibliotecas

  • Debemos evitar usar los sistemas de mensajería de la misma manera que el correo electrónico.
  • No se trata de un canal de comunicación masiva ni de grandes volúmenes.
  • Reservarse solo para conversaciones breves, personalizadas y bajo demanda.
  • Siempre que sea posible, los usuarios deberían iniciar la conversación, no la biblioteca.

Hoy en día ante cualquier necesidad de organización pareciera que WhatsApp viene a resolver los problemas de comunicación. Los bibliotecarios y las bibliotecas no se quieren quedar atrás otra vez. Cuando se piensa en vincularse con los usuarios ya dejó de pensarse en redes sociales, ahora se piensa en WhatsApp.

¿Cuál es tu experiencia de uso de esta herramienta en tú biblioteca?. Espero tus comentarios.

7 comentarios en “WhatsApp en bibliotecas: aciertos y desaciertos

  1. Roberto Ronconi

    No sería mejor usar Telegram. ? Por cuestiones de funcionalidades, seguridad etc. etc.

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    1. Fernando Gabriel Gutiérrez Autor del post

      Hola Roberto. Gracias por comentar.
      Ahi dejo mi respuesta que también puse por facebook.

      – A mi también me gusta más Telegram como aplicación de mensajería instantánea. Igual no me atrevería a decir que es mejor. Si es más rápida. Cuestión de gustos diría. De todas maneras, para mí la desventaja en tanto uso con respecto a Whatsapp es que tiene menos usuarios, y no es poca cosa para una biblioteca. Y además, por lo pronto ha tenido algunos episodios y problemas de seguridad. Pero con esto le empata a WhatsApp, que tampoco podemos desconocer al dueño de esta, facebook. Que precisamente no son los reyes de la privacidad. Ni más ni menos. Pero volviendo a Telegram, al no ser tan popular pierde alcance con respecto a los usuarios de las bibliotecas. De todas maneras, según estadística se estancó WhatsApp y está creciendo mucho Messenger de facebook. Que para mí es la más funcional de las tres para bibliotecas. Este sería, muy someramente, mi punto de vista la situación de las aplicaciones de mensajería instantánea en bibliotecas.

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  2. Jairo Hernán Díaz Arias

    En la universidad del Quindío (Colombia) la biblioteca CRAI estableció este servicio hace dos años, Whatsapp CRAI; cero desaciertos. Es un éxito el uso de esta estrategia. Nació para solucionar una falla en la comunicación por correo electrónico o servicios asíncronicos de mensajería: la interacción directa, la inclusión, la respuesta rápida, oportuna y justo a tiempo. En un mundo donde la información o desinformación está en la punta de los dedos, las bibliotecas ofrecen información de fuentes más confiables.

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