La incorporación del flipped classroom en la instrucción de competencias de información

El método de instrucción flipped classroom o salón invertido no es uno nuevo, a pesar de su asociación con la tecnología.  El mismo consiste en impartir parte de la instrucción en el aula educativo y parte a través de herramientas de telecomunicaciones como vídeos, podcast o tutoriales (Benjes-Small & Tucker, s.f).  O sea, parte del conocimiento que el estudiante obtiene se materializa fuera del salón de clases.  El salón de clases sólo funge como espacio donde se realizan actividades para poner en práctica lo aprendido (Datig & Ruswick, 2013).

El método/modelo flipped classroom se le atribuye a Jonathan Bergmann y Aaron Sams, unos maestros de secundaria de química.  No obstante, varios educadores han utilizado este método por años y previo a ser conocido como flipped classroom (Arnold-Garza, 2014a; Arnold-Garza, 2014b).  Entre los términos previos para este tipo de instrucción se encuentra blended learning (conocido en español como aprendizaje híbrido o semipresencial) (Brame, 2013).  Se entiende que el boom de los cursos enfocados en STEM han sido una de las razones por las cuales este método a cobrado popularidad.

En la literatura consultada se ha observado que la incorporación del flipped classroom en la instrucción bibliotecaria y de competencias de información en las universidades comienza en el 2012.  La incorporación de esta metodología surge a raíz del deseo de los instructores de competencias de información proveer talleres y clases sobre la búsqueda bibliográfica más eficiente y pertinente para los estudiantes.  Entre los beneficios que se ha identificado con la incorporación de este método se encuentra el aprovechamiento del tiempo para realizar actividades en el aula instruccional y la clarificación de dudas (Datig & Ruswick, 2013; Arnold-Garza, 2014a; Brame, 2013).

Arnold-Garza (2014b) discute que una de las fortalezas de la integración del modelo flipped es cómo este promueve el aprendizaje activo, el aumento en sesiones individualizadas de aprendizaje entre el maestro y el estudiante, diversidad de estilos de aprendizaje y fomenta la responsabilidad en el estudiante.  Este último elemento es uno que surge a raíz de la apropiación por parte del estudiante de las lecciones que se discuten en el aula escolar y lo que aprende por su cuenta a raíz de los ejercicios asignados usando el modelo flipped.  En la instrucción bibliotecaria y de competencias de información, el flipped classroom cobra mayor vigencia y pertinencia debido a que ya muchas instituciones universitarias han desarrollado tutoriales en línea para sus estudiantes sobre cómo utilizar las herramientas de la institución.  En el caso de las bibliotecas, la aplicación y uso de estas herramientas (ej. tutoriales, vídeos, navegación del portal de la biblioteca, artículos en línea) facilitan el proceso de instrucción y le brinda una idea al estudiantes sobre lo que debe conocer.  Paralelo a ello, el estudiante se familiariza con las herramientas que utiliza previo al taller presencial e incluso les sirve como referencia rápida en un futuro (Kong, 2014).

A través del flipped classroom el estudiante explora diversas herramientas tecnológicas en el entorno instruccional.  Se ha identificado el uso de podcast, vídeos y presentaciones a través de Prezi y PowerPoint que le brindan información directa al estudiante.  No obstante, aunque el uso de las presentaciones es común y se ha identificado como una vital para la instrucción y transmisión de información en el aula educativo, su sobre uso ha creado cierta fatiga en los estudiantes (Davies, Dean, & Ball, 2013).  Es por ello, que adentrarlos al uso y exploración de las herramientas bibliográficas y de búsqueda de información puede ser de mayor beneficio antes de impartir una cátedra relacionada a las competencias de información.  A continuación presento algunas estrategias y métodos sobre cómo se puede aplicar el flipped classroom:

Antes de impartir un taller de instrucción bibliotecaria o de competencias de información

  • Antes de que el estudiante realice búsquedas en las bases de datos suscritas de la universidad o a través de un buscador comercial, se sugiere que el instructor o profesor le provea al estudiante un tutorial (preferiblemente en formato de vídeo). Esto le brindará al estudiante tenga una idea sobre cómo hacer una consulta fructífera en la web.  Aunque se sugiere el uso de un tutorial en formato de vídeo, esto no es necesario.  El tutorial puede realizarse a través de una presentación, panfleto electrónico o audio.  No obstante, es ideal que el estudiante pueda comparar con imágenes lo que está haciendo.  El realizar una consulta bibliográfica utilizando como referencia un tutorial le brinda al estudiante la oportunidad de anotar dudas para clarificar el día del taller o participar activamente.
  • Asignar enlaces o portales web para la evaluación del mismo con una rúbrica que detalle cómo debe ser evaluado un portal de referencia (Datig & Ruswick, 2013, p. 251). A través de una rúbrica el estudiante puede conocer cuáles son los criterios que se deben utilizar para la evaluación de un portal o un recurso en la web.  A través de esta actividad, se le debe invitar al estudiante a que realice búsquedas por su cuenta relacionadas a los temas de los enlaces asignados.  A través de este ejercicio el estudiante puede comparar y contrastar los recursos que ha consultado.  Durante el taller, este puede discutir junto a sus compañeros el proceso que realizó para realizar la búsqueda y sus observaciones sobre los recursos identificados.  Este ejercicio invita a que el estudiante explore a través del aprendizaje de pares a cómo implementar diversas estrategias de búsqueda sin estar sujeto a estrategias prescritas por un profesor.  No obstante, el bibliotecario instructor continúa fungiendo como un guía para la aclaración de dudas y como un mentor que provee ideas.
  • Facilitar material de referencia en diversos formatos para la identificación de palabras claves para ser utilizadas en buscadores y bases de datos previo a un taller de competencias de información. Debido a que la identificación de palabras claves (keywords) es una tan rigurosa, este tipo de instrucción previo a un taller de competencias de información se puede hacer a través de presentaciones en Prezi, Haiku Deck o Podcasts.  Una de las ventajas de utilizar las herramientas mencionadas es su utilización en tecnologías móviles (teléfonos inteligentes o tablets), las cuales se han identificado como populares entre jóvenes universitarios.  Más allá de la popularidad de las herramientas móviles, el uso de este tipo de aplicación también facilita a que el estudiante puede acceder a este tipo de consulta o tutorial en formatos fuera de la computadora personal o el entorno universitario.  Durante el taller presencial el estudiante junto al bibliotecario instructor puede aplicar las palabras claves identificadas en diversos buscadores (tanto comerciales como académicos).  La identificación de palabras claves agiliza la instrucción de competencias de información, pues ya el estudiante desarrolla la capacidad para delimitar temas de información.

Las estrategias mencionadas son alguna de las más comunes y mencionadas a lo largo de la literatura consultada.  No obstante, según se continúan desarrollando aplicaciones y programas, la oferta de herramientas para integrar en el modelo flipped aumenta.  El bibliotecario instructor solamente tiene que tener en cuenta cuál es la apropiada para cada lección y la más accesible.

Referencias

Arnold-Garza, S. (2014a). The flipped classroom: Assessing an innovative teaching model for effective and engaging library instruction. College & Research Libraries, 75(1), 10-13. Recuperado de http://crln.acrl.org/content/75/1/10.short

Arnold-Garza, S. (2014b). The flipped classroom teaching model and its use for information literacy instruction. Communications in Information Literacy, 8(1), 7-22. Recuperado de http://www.comminfolit.org/index.php?journal=cil&page=article&op=viewFile&path%5B%5D=v8i1p7&path%5B%5D=183

Benjes-Small, C., Tucker, K. (s.f.) Keeping up with… Flipped classrooms. Recuperado de http://www.ala.org/acrl/publications/keeping_up_with/flipped_classrooms

Brame, C. (2013). Flipping the classroom. Vanderbilt University Center for Teaching. Recuperado de http://cft.vanderbilt.edu/guides-sub-pages/flipping-the-classroom/

Datig, I., Ruswick, C. (2013). Four quick flips: Activities for the information literacy classroom. College & Research Libraries, 74(5), 249-257. Recuperado de http://crln.acrl.org/content/74/5/249.short

Davies, R.S., Dean, D.L., Ball, N. (2013). Flipping the classroom and instructional technology integration in a college-level information system speadsheet course. Education Technology Research and Development, 61(4), 563-580.

Kong, S.C. (2014). Developing information literacy and critical thinking skills through domain knowledge learning in digital classrooms: An experience of practicing flipped classroom strategy. Computers & Education, 78, 160-173. doi: 10.1016/j.compedu.2014.05.009

University of Queensland. Institute for Teaching and Learning Innovation. (s.f.). About flipped classrooms. Recuperado de http://www.uq.edu.au/teach/flipped-classroom/what-is-fc.html

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