Intervención del bibliotecario en el diseño del currículum

El concepto que se tenga de lo que es realmente el currículum influye de manera directa en la definición de las funciones y actividades que cada persona ha de desempeñar dentro de la Institución educativa en la que labora, y por tanto, de los alcances de sus aportaciones al sistema educativo adoptado.

Por lo anterior, en éste post, se pretende hacer una breve disquisición sobre el viejo estereotipo de que el docente es aquel quien posee el monopolio del saber y por tanto, esclarecer la función de otras importantes figuras en el desarrollo y planificación de la enseñanza.

Concepto 

Es claro que el concepto de currículum no es tan simple cómo a primera vista parece, pues al ser “..un producto de la historia humana y social…” [1] es algo tan cambiante cómo las situaciones concretas e históricas del hombre mismo en cada etapa o situación concreta.

Siguiendo la exposición de Casarini (2001), se refuerza la idea de que el currículum no es algo inmutable, “…por el contrario, cambia y se transforma en respuesta a las circunstancias históricas, a las estructuras económicas y políticas, y a los intereses humanos, así como a las motivaciones personales y grupales de los sectores que elaboran los currícula.” [2].

Antes de seguir con el propósito de este trabajo, es importante proporcionar una definición que esclarezca  que es el currículum, para posteriormente entrar directamente a la cuestión que interesa, es decir, si es posible la intervención del bibliotecario dentro de la  concepción, adopción y diseño del currículum, y la justificación del porqué de esta injerencia bibliotecaria.

El concepto de currículum debe ser lo bastante abarcativo, de manera que tome en cuenta todos los aspectos de la persona, es decir, no solamente un concepto como un mero plan de estudios, sino que incluya la cultura, la educación y el mismo currículum para ser un concepto aceptable para la complejidad de la estructura humana.

Así,  la definición que ofrece Miguel Zabalza, explica que el “…currículum es el proyecto que determina los objetivos de la educación escolar, es decir, los aspectos del desarrollo y de la incorporación a la cultura que la escuela trata de promover y propone en un plan de acción adecuado para la consecución de esos objetivos” [3].

Con la definición antes expuesta, se alcanzan los aspectos más importantes que intervienen en la  educación del hombre, de manera que definido el currículum, se da paso ahora al campo del diseño curricular y quienes intervienen en él, de acuerdo al modelo de que se trate.

El concepto de diseño curricular  va íntimamente unido al de desarrollo curricular, de manera que de su interdependencia hace que ambos se complementen para una visión más clara y precisa del currículum y de su crecimiento.

Es de suma importancia conocer el modelo de diseño curricular que se ha de adoptar en una institución de educación, pues  este es “…una representación de ideas, acciones y objetos, de modo tal que dicha representación sirva como guía a la hora de llevar el proyecto curricular a la práctica…”[4] .

Intervención del bibliotecario

La idea central de este post consiste básicamente en proponer la participación de otros actores en el diseño  y desarrollo curricular dentro de una institución de enseñanza superior, en concreto la participación del bibliotecario en los asuntos académicos de la institución educativa.

Conforme al modelo curricular de Investigación, “…se busca comprometer aún más al profesorado…”[5] en el desarrollo del currículum, pero esto se logra mediante una investigación seria y permanente, que permita a los profesores aportar sus ideas para la mejora del currículum. Seguramente surgirá la pregunta : ¿Qué tiene que ver el bibliotecario en este asunto?  Para responder esto hay que esclarecer primero que se entiende por  función bibliotecaria, y más aún, que es el bibliotecario, pues dicha figura se encuentra algo devaluada en cuanto a las funciones y papel que estas personas deben desempeñar, al menos en la mente de la mayoría de las personas que estudian y trabajan en las instituciones de educación.

Siguiendo al modelo de la Investigación,  se concibe al diseñador del currículum como un verdadero investigador que tiene la capacidad de aportar ideas de mejora en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, por tanto, se espera que aporte su conocimiento para el diseño currícular. Así mismo, este método recoge los aspectos contextuales de la institución, tales como el ambiente en el plantel, para en base a ellos aportar ideas que enriquezcan al modelo de currículum con que se cuenta. Para el logro de estas metas, es indispensable la participación del profesor como base para el mejoramiento de la enseñanza.

Todo lo anterior hace que este modelo sea bastante atractivo para contar con un diseño completo y realista del currículum, pero, ¿porqué limitar esa participación activa solamente al profesor? Es de suma importancia esclarecer que el bibliotecario no es un mero empleado administrativo, sino que su función debe de estar a la par con el personal académico de dichas instituciones de educación superior y que en consecuencia el resultado del trabajo de planeación académica debe incluir la participación activa tanto de académicos como de bibliotecarios.

Pero para lograr que el bibliotecario sea reconocido como un miembro activo de la comunidad de aprendizaje, es indispensable su preparación junto a los docentes en programas de formación e innovación que den como resultado un aporte significativo en la creación y transmisión del conocimiento y no solamente en el almacenamiento del mismo dentro del espacio físico de la biblioteca universitaria.

Debido a las necesidades actuales, en las cuales la Sociedad del Conocimiento juega un papel preponderante, la función del bibliotecario se ha convertido, poco a poco, en la de un especialista de la información, además de un administrador y planeador dentro de las bibliotecas.

De esta manera se ve claramente que el bibliotecario, mediador del conocimiento por naturaleza, debe de jugar un rol importante en el diseño y desarrollo del currículum al lado, claro está,  de los profesores y de la Institución en la cual prestan sus servicios.

Yendo un poco más allá, surge las preguntas : ¿Por qué no plantear la participación activa en la planeación y diseño del currículum por parte del bibliotecario?, y, ¿de qué manera hacerlo?  Al ser un experto en información,  ¿Porque no incluir dentro del plan de estudios  emanado del modelo curricular, una materia que introduzca o perfeccione a los alumnos e investigadores en el campo del conocimiento  documentado y  de los servicios que ofrece la biblioteca?

No suena tan descabellada la idea de que además de participar en el diseño y desarrollo del currículum, el bibliotecario comparta sus conocimientos con los alumnos e investigadores que se encuentran ávidos de saber como acceder de una manera eficiente y adecuada ala información que requieren.

En conclusión, la figura del bibliotecario debe ser explotada en toda su capacidad, de manera que no solamente sirva como un experto en información o un asesor en bibliografía acertada, sino que el profesional bibliotecario debe aportar sus experiencias y conocimientos para el diseño, desarrollo y constante actualización del currículum de una institución educativa.

 

Fuentes Consultadas:

 [1] Casarini R, Martha. (2001) Teoría y diseño curricular. México, Ed. Trillas. p.4

[2] Ibíd. p. 5

[3] Zabalza, M. (1993)  Diseño y desarrollo curricular. Madrid, Ediciones Narcea. p. II

[4] Casarini R, Martha. (2001) Teoría y diseño curricular. México, Ed. Trillas. p.117

[5] Ibíd. p. 128