La importancia de la memoria, la historia de la bibliotecología.

Para una disciplina como la bibliotecología que pareciera tan propensa a adoptar cambios en su nombre, en su forma y en sus tareas, podría asumirse que el estudio de su historia ha sido relegado por su falta de pertinencia, o en todo caso es visto como un asunto de interés para tiempos pasados, pues ¿qué utilidad podrían tener los estudios de corte histórico para la bibliotecología contemporánea?  La respuesta parece fácil cuando vemos que los intereses mercantiles y tecnológicos se imponen, sobre la naturaleza humanística y social de nuestra disciplina.

Importantes estudiosos del tema, como Jesse Shera, encontraron que la investigación en torno a la reflexión histórica en la bibliotecología brinda, en primer lugar, el conocimiento necesario al bibliotecario para ejercer su papel con rigor y no en la «ignorancia» de su propio «deber-ser«, sobre todo fortaleciendo su postura frente al debate de la naturaleza técnica o académica de la profesión.  Shera ve en Pierce Butler y su obra Introduction to library science, el sitio donde se asentaron las bases del marco filosófico para que la bibliotecología no sólo fuese reconocida como parte integral de la cultura contemporánea, sino que brindó argumentos sólidos para contemplar a la historia como un elemento básico para lograr entender la relación intrínseca entra la biblioteca y la cultura (240).

Más recientemente, Alejandro Parada estableció que la historia de las bibliotecas hace aportes a la “conciencia histórica del deber ser” del bibliotecario, quien mediante un proceso de concientización logra establecer un diálogo entre el pasado, presente y futuro de la disciplina, así como el construir una «base indispensable para fundamentar una Filosofía de la Bibliotecología/Ciencia de la Información» (2012, 7).  Así, la información obtenida de este tipo de investigación contribuye a la historia de la disciplina y proporciona información que refuerza “el conocimiento de la identidad del bibliotecario profesional” (Ladrón de Guevara, 292).

Resulta lógico que la historia de la disciplina, se relacione y se enriquezca, forzosamente, con los estudios desarrollados sobre la historia del libro, la lectura y las bibliotecas.

The Prague library’s tunnel of books

The Prague library’s tunnel of books

La historia bibliotecaria en América Latina continúa siendo terreno fértil para el desarrollo de estudios valiosos para la bibliotecología de la región, pues ayuda a conocer sus orígenes y a entender el comportamiento de las bibliotecas y los bibliotecarios, a través de su papel dentro de la comunidad y el tiempo en que se desarrollaron.  Nettie Lee Benson, en su texto «La  historia de las bibliotecas en América Latina»(1971, 9), recalcó la necesidad de realizar investigaciones sobre el tema, concretamente estudios enfocados en ciertos tipos de bibliotecas, como las universitarias.  Rosa María Fernández, también señaló la importancia de continuar los estudios acerca de la historia de las bibliotecas, pues la mayoría de las investigaciones realizadas se han centrado en un pasado lejano, como las bibliotecas de los siglos XVI al XIX (1994, en línea).

Aunque han pasado varias décadas desde que se hicieron estas declaraciones, no han surgido tantos estudios como sería deseable, así los aportes a la historia de las bibliotecología no se han desarrollado con tanta fuerza y sólo aparecen espóradicamente algunos esfuerzos aislados.  Pero no todo se debe al desinterés del bibliotecario, en todo caso, las ocupaciones cotidianas y el resolver los distintos problemas que su labor ha tenido que enfrentar al paso de los años, ha provocado que sobre todo, se desarrollen estudios de corte práctico que ayudan a facilitar las tareas o a difundir las buenas prácticas entre organizaciones.

Sin embargo, la historia de la disciplina bibliotecaria no sólo ofrece estudios de corte enciclopédico, abstractos, o eruditos. Estos también tienen utilidad al ayudarnos a clarificar nuestra razón de ser frente a este panorama cambiante y por otro lado, resultan en estudios prácticos que permitir establecer líneas o guías de acción. Esto porque la historia de una sola biblioteca brinda material de investigación para establecer conexiones a un nivel general (Raabe,  286), ya que extraen las prácticas que pueden servir de patrón a los bibliotecarios que deseen planear u orientar su camino al conocer el de otras organizaciones, a través de la experiencia de bibliotecas consolidadas.

Afortunadamente, en la actualidad y como resultado de las tendencias en el desarrollo de investigaciones interdisciplinarias, instituciones como la École de Chartes, que tienen una larga tradición impulsando estudios históricos que abarcan un amplio universo en torno al libro, sobre cuestiones como la transmisión de los impresos, las imágenes y la historia de las bibliotecas, ha logrado atraer a bibliotecarios e historiadores interesados por explorar la complejidad de la biblioteca como institución y la diversidad de roles que ha tenido durante el tiempo.

 

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Volviendo a la pregunta del inicio, ¿Cuál es la relevancia actual de los estudios históricos en la bibliotecología? justamente encuentran su pertinencia en este mar de inquietudes e incertidumbre que rodean al bibliotecario hoy día, consecuencia de los cambios y los avances acelerados, sobre todo en las tecnologías involucradas con nuestras tareas y las de nuestros usuarios.  En palabras de Alejandro Parada, la influencia de las nuevas tecnologías: «plantea la necesidad de volver a definir a la Bibliotecología tomando en consideración…  la renovación de posiciones y perspectivas como sobre algunas pérdidas relacionadas con la reflexión sobre la propia experiencia del ejercicio profesional». Este ejercicio obligará a considerar el análisis de otros asuntos que han sido dejados de lado, o que deban revisarse de nuevo a la luz de los cambios que trae la práctica bibliotecaria actual, entre estos podemos mencionar, los valores y la ética ligada a la práctica profesional, la pertenencia o no a determinada(s) disciplina(s), los cambios en la formación profesional y las relaciones con la tecnología, entre otros, a fin de poder reflexionar sobre la razón de ser del bibliotecario de esta época.

Referencias:

  • Fernández Esquivel, R.M. (1994). La historia de las bibliotecas en México, un tema olvidado. 60th IFLA General Conference, August 21-27. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla60/60-ferr.htm [Consultado: 20 junio 2016]
  • Ladrón de Guevara, H. (1986). Historia de las bibliotecas ¿para qué? Memoria. Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía, 16: 289-292. México: AMBAC.
  • Library history at the Ecole Nationale des Chartes: a tradition for the future. Disponible en: http://bbf.enssib.fr/resume/en/bbf-2005-02-0023-004 [Consultado 16 noviembre 2015]
  • Parada, A. E. (2012). Bibliotecología e Historia del Libro y de las Bibliotecas. Información, cultura y sociedad, (26): 7-11. Disponible: http://eprints.rclis.org/19614/ [Consultado 20 junio 2016]
  • — (2004). Nuestra razón de ser: ¿Qué es la Bibliotecología? Información, cultura y sociedad, (11): 5-7. Disponible http://ref.scielo.org/zfvz7g [Consultado 19 nov. 2015]
  • — (2010). Una relectura del encuentro entre la Historia del Libro y la Historia de la Lectura: reflexiones desde la bibliotecología. Información, cultura y sociedad, (23): 91-115. Disponible: http://ref.scielo.org/jwfgbk [Consultado 19 nov. 2015]
  • Raabe, P. (1984). Library History and the History of Books: Two Fields of Research for Librarians. The Journal of Library History, 19(2): 282-297.
  • Shera, J.H. 1952. On the value of Library History. Library Quarterly, 22(3): 240-251.
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