El libro infantil: nuevos tiempos, nuevos temas

«No hay mejor documento que la literatura infantil para saber la forma en la que la sociedad desea verse a sí misma» / Teresa Colomer

En un post anterior se mencionó las potencialidades de la literatura infantil (LI) y para conmemorar la presente edición del Día Internacional del Libro Infantil, haremos un breve repaso sobre sus tendencias temáticas actuales.

Los libros dirigidos a la infancia son un agente educativo complementario a la familia y a la escuela y nacieron con el propósito de educar socialmente, no obstante con el pasar de los años se vieron influenciados con los cambios sociológicos y nuevas preocupaciones sociales creándose así nuevos tipos de libros y tendencias, conforme señala Colomer (2010):

Se abordan temas sociales o psicológicos, desentendiéndose de un propósito didáctico, evolucionando hacia una simple constatación de la realidad descrita y un aumento de la dureza con que se reflejaba el conflicto.
Presenta una inhibición respecto a una posición moral dejando campo libre a las leyes del mercado en la configuración de libros lo que conlleva a: la proliferaron de experimentaciones de juego literario de entretenimiento y diversión (algunas de calidad, otras al servicio del consumo), la recuperación de géneros perdidos (como los libros para niñas o chick lit) que reproducen una visión sexista del mundo editorial, la proliferación de series de escasa calidad pero gran éxito comercial, la aparición de libros combinados con audiovisuales, juegos y otras estrategias comerciales de venta y la extensión de un nuevo tipo de libro a medio camino entre la narración y la información (autoayuda con humor).
La imposibilidad de refugiarse en el discurso moral fuerte crea la conciencia social sobre la necesidad de armar sentimental y emotivamente a la infancia para enfrentarse a la soledad y fracaso de expectativas, por ello y bajo este enfoque las editoriales han desarrollado una “educación sentimental” rompiendo tabúes temáticos con temas como el amor infantil o los sentimientos negativos (depresión, tristeza, etc.).

Imagen tomada de bit.ly/1s6wnLx

A nivel cualitativo la literatura infantil -y también la juvenil- presenta una renovación en torno a los aspectos formales y la relación con el lector pero sobre todo una ampliación temática de contenidos que “rompe con la delimitación de temas adecuados o no a la infancia y como resultado… se abre a los conflictos sociales y personales, a la realidad inmediata y compleja que rodea al lector”. (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, 2012).

Por su parte, la literatura infantil latinoamericana presenta especificidades recurrentes de orden temático-argumental: rescate de leyendas aborígenes, recreación de temas de culturas autóctonas, referencias a hechos históricos, utilización del folclor o cultura popular, empleo de la fauna y la flora, ubicación de historias con locaciones específicas, uso de asuntos místicos, tratamiento de problemática social, abordaje de la problemática política, tratamiento de la migración e incursión en hechos sui géneris (Cabrera, 2006).

Son cada vez más los autores de LI que incursionan en temas que reflejan la realidad y que para los adultos pueden ser difíciles de hablar con los más pequeños, como por ejemplo: enfermedades, divorcio, muerte, intimidación, violencia, homosexualidad, abuso de sustancias, etc. El siguiente video muestra algunos de los temas poco usuales en la LI:

Finalmente, es importante que los bibliotecarios, maestros y padres, como mediadores entre los libros y los niños, no sólo conozcan las ventajas de la literatura infantil y faciliten su hábito de lectura sino que sepan incorporar prácticas de valoración para coadyuvar a una adecuada apropiación infantil de estos libros.

Fuentes consultadas: