La compra de material en formato digital en bibliotecas, conlleva una amplia variedad de elementos que incrementan la complejidad en su proceso.
Sin duda se requiere de una plataforma tecnológica entre software y hardware que debe de tener tanto el vendedor como el comprador, en relación a su uso en las bibliotecas tenemos un ecosistema de información en el que participan editores, agentes de información y bibliotecas.
En algunos casos se vuelve algo complejo determinar las necesidades concretas de las bibliotecas en relación a sus compras y con esto me refiero a los casos en los que los agentes de información venden paquetes con cientos de títulos que en algunos casos se convierten en títulos que jamas son consultados.
Por otro lado, los términos y condiciones bajo los cuales se venden los libros electrónicos muestran suelen ser muy cambiantes y por qué no decirlo en algunos casos son contratos leoninos, que deja en desventaja a la biblioteca.
Gratamente descubrí hace unos días en el blog Leer en pantalla que la American Library Association sugiere algunas pautas para la compra-venta de libros electrónicos en condiciones razonables orientado a las bibliotecas públicas.
Los puntos centrales de esta propuesta se basan:
- Inclusión de todos los títulos: todos los libros que estén a la venta al público en general, deben estarlo también para las bibliotecas. Las bibliotecas pueden optar por no comprar algunos títulos si las restricciones o los precios son inaceptable.
- Derechos permanentes: las bibliotecas deben deben tener derecho a ser propietarias de los libros electrónicos que adquieran, incluido el derecho de transferir los archivos a cualquier otra plataforma que permita el préstamo indefinido, esto tratando de replicar el modelo de los libros en papel.
- Integración: las bibliotecas públicas deben tener acceso a los metadatos, así como a cualquier otra herramienta que proporcione el editor para que permita una fácil localización de los libros electrónicos.
En el comunicado se mencionan algunos aspectos que hacen alusión a limitaciones y restricciones como: el número limitado de prestamos, variaciones en los precios, retraso en la venta, restricciones a consorcios o a prestamos interbibliotecarios, entre otros.
Aspectos que muchos hemos llegado a sufrir en bibliotecas hablando de libros electrónicos.
A su vez considera ventajas que este modelo puede dejar a los editores las posibilidades de un mayor descubrimiento, generar nuevos canales de venta y un asesoramiento al lector.
Desde luego que la comercialización de los libros electrónicos aún esta buscando un modelo que deje ventajas a todos los participantes de este ecosistema.
Y como lo comentaba estas observaciones en principio esta orientado a la biblioteca pública y claro centradas en la realidad de los Estados Unidos, sin embargo creo que podría tener su adaptación para bibliotecas académicas, considerando el gran volumen de compra de libros electrónicos en muchas de estas bibliotecas.
Me parece que la parte de la comercialización de los libros electrónicos aún tiene camino por recorrer y aunque es muy cierto que los encargados de la venta tienen un negocio, también me parece que la biblioteca en todo momento esta negociando más y mejores posibilidades para la adquisición de su material documental, sin embargo sería interesante ver más propuestas que den mayor satisfacción a todos los participantes de este ecosistema de la información, aunque cuando hablamos de este aspecto buena parte de lo que se obtenga se centrara en las negociaciones en el proceso de compra-venta.
Y tú, estimado lector… ¿Qué opinión tienes al respecto? ¿Qué experiencias has tenido en con la compra-venta de libros electrónicos?