La biblioteca en los centros penitenciarios

Según la UNESCO existen derechos fundamentales para toda persona en los centros penitenciarios, como es el derecho a leer, preguntar y a tener acceso a los recursos educacionales. Es decir los penales deben proveer programaseducativos para alcanzar una educación y capacitación para el desarrollo cultural y reinserción social de sus habitantes. Es más deben colaborar en la lucha para reducir los altos porcentajes de analfabetismo.

Asimismo, la IFLA da una serie de lineamientos para este tipo de bibliotecas que van desde tener en cuenta: la administración, el acceso (disposición de horarios según necesidades), instalaciones y equipamiento (iluminación, control de clima, etc.), tecnología de la información (tecnología con fines educativos aunque sea de forma vigilada), personal (debe contar con profesional bibliotecólogo según las demandas de los reclusos), el presupuesto (debe contar con un presupuesto anual), material bibliográfico (debe ser procesado además de ser en diferentes formatos y de temática variada), servicios y programas (según las necesidades de los reclusos), entre otros.

Tomado de: http://bit.ly/1cjEbFB

Tomado de: http://bit.ly/1cjEbFB

En América Latina, según la literatura, existen muchos países de la comunidad donde la presencia de una biblioteca en un centro penitenciario es casi nula, como lo es el caso de Brasil que cuenta solo con diez bibliotecas en todo su Distrito Federal. Los penales que pudiesen contar  con alguna biblioteca adolecen de presupuesto y personal capacitado.

Las colecciones generalmente son insuficientes en cantidad, calidad y niveles de cobertura temática. De las bibliotecas penales que existen, el 95% no cuenta con colecciones catalogadas ni inventariadas, por lo que extraer datos de utilidad y diversidad temática es imposible (Carbajal, 2011). Carbajal sostiene que mientras más antigua sea la biblioteca, menor es el estado de conservación de la colección.

En cuanto de la infraestructura y equipamiento, estos se encuentran en su mayoría deteriorados y resultan así también insuficientes para la gran población que albergan. No obstante no se puede negar los esfuerzos que realizan las diferentes de instituciones gubernamentales y no gubernamentales para llevar a cabo programas de entretenimiento cultural y difusión de la lectura que muchas veces resultan escasos, como lo hace Colombia, Perú, Brasil, Chile, etc.

En el caso chileno, según la literatura, se puede notar lo siguiente: En la Región Metropolitana existen diez penales de ellos solo dos tienen biblioteca y se encuentran en situaciones ventajosas respecto a las de todo el territorio chileno. Estás son la Biblioteca Pública Nº 99 del Centro Penitenciario Femenino y la Biblioteca Pública Nº 158 del Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina 1. Estas cuentan con el respaldo institucional de la DIBAM, una estructura jurídica definida y cuentan también con personal profesional.

En el Perú  existen 11.805 presos que no saben leer ni escribir, en este aspecto La Biblioteca Nacional del Perú, la Cruz Roja Internacional y el INPE han firmado un convenio, por el cual la Biblioteca Nacional viene implementando un taller literario “libres por la creatividad” que durante varios meses ha concentrado la atención de los internos del penal de E.P. Régimen Cerrado Especial Piedras Gordas” – Lima y que se espera se extienda a más penales.

 Referencias Bibliográficas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Un comentario en “La biblioteca en los centros penitenciarios

  1. Claudia Escobar

    Estimada Juana:
    Sólo como un pequeño aporte sobre la situación en América Latina, el caso de México fue estudiado en la tesis: La biblioteca de prisión en dos centros de readaptación social del Distrito Federal / Rosa Jimena Rey Loaiza ; director de tesis, Reynaldo D. Figueroa Servín. Tesis (Maestro en Bibliotecología)–El Colegio de México, Biblioteca Daniel Cosío Villegas, 2009, el texto completo: http://tesis.colmex.mx/
    Saludos,
    Claudia

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