Diariamente trabajo 10 horas en una biblioteca escolar. Previo a esto, laboré en una biblioteca académica. Varios días a la semana solía trabajar 12 horas. Cuando uno está ocupado las horas suelen pasar rápido. No es hasta que uno llega a su hogar que se topa con el cansancio. Mi experiencia laboral en las bibliotecas comenzó en el 2010 como voluntaria en una biblioteca académica. Cuatro años después, me gradué con una maestría en ciencias bibliotecarias y de la información. Desde que inicié mis estudios graduados he indagado sobre temas poco discutidos en el campo de Puerto Rico. Sin embargo, un tema que rara vez he indagado ha sido el agotamiento (también conocido como burnout en inglés) del bibliotecario. Curiosamente, sí he indagado sobre el agotamiento del maestro escolar y del catedrático universitario. No ha sido hasta ahora que me he decidido indagar sobre el tema. No fue hasta este año que me topé que estoy agotada. Curiosamente, Myrna Lee publicó una entrada sobre este tema en el 2015. En la misma se identifican los síntomas del agotamiento, experiencias y consejos.
El agotamiento en varias profesiones se identifica bajo los siguientes síntomas:
- Fatiga
- Ansiedad
- Incapacidad para concentrarse
- Irritabilidad
- Aumento en el ausentismo
- Patrón de tardanza
¿Por qué un bibliotecario se agota? ¿Qué diferencia al bibliotecario escolar de los demás? El trabajo del bibliotecario consiste en interactuar constantemente con los usuarios de la biblioteca. En el caso del bibliotecario escolar:
- se atienden las necesidades educativas y emocionales de los estudiantes,
- asiste al profesorado con las necesidades curriculares,
- y cumple con las demandas administrativas
Entre las tareas adicionales que el bibliotecario asume se encuentra el apoyo tecnológico a los estudiantes y maestros, cuando estos lo solicitan.
En raras instancias el bibliotecario se encuentra en su escritorio leyendo su texto favorito. Esta es una de las percepciones comunes del público. El trabajo del bibliotecario en muchas instancias es percibido como uno que no conlleva estrés o elementos físicos. El bibliotecario constantemente tiene que estar mostrado y justificando su relevancia. IdaMae Craddock (2019) señala que el maestro bibliotecario, más que cualquier especialidad en el campo, experimenta agotamiento y obsta por abandonar la profesión a raíz de los bajos salarios, el estrés que conlleva el trabajo, la falta de recesos y la carencia de fondos. Dentro de la falta de receso, se encuentra la inhabilidad de tener tiempo libre a mediano o corto plazo (Craddock, 2019).
Existen columnas y artículos sobre el trabajo emocional que conlleva ser bibliotecario. Varias de estas columnas se enfocan en la experiencia del bibliotecario escolar y del que labora en unidades públicas. Cada uno de estos coincide en que el labor del profesional de la información está alejado del imaginario colectivo de una señora de cabello canoso y gafas, quién se encuentra leyendo en el mostrador de servicio. Katie McLain (2019) menciona algunas de las tareas asignadas al personal bibliotecario como la administración de primeros auxilios a usuarios quienes hayan incurrido en sobredosis de opioides. Por su parte Amanda Oliver (2019) señala que uno de los factores que la llevo a tener estrés postraumático fue el agotamiento mental y físico en su experiencia como bibliotecaria escolar y luego como bibliotecaria pública. Entre las experiencias de Oliver (2019) se narra los incidentes de seguridad y la tensión que experimenta el personal.
There were no quiet days of reading at the desk at the library. Instead, hidden underneath the circulation desk was a panic button my coworkers or I would push to alert the district’s Library Police and the Metropolitan Police Department that staff and/or patrons were in immediate danger.
En el caso de las bibliotecas escolares, el maestro bibliotecario tiene que estar pendiente de la seguridad de los alumnos. La seguridad de estos no consiste únicamente en los aspectos físicos y de infraestructura de la unidad, sino aspectos emocionales. En varias instancias, el bibliotecario escolar tiene que intervenir en incidentes de acoso, situaciones de emocionales de los estudiantes o de salud. Al igual que muchos profesiones de servicio, el bibliotecario experimenta mucho agotamiento emocional. En un día común, un bibliotecario puede tener varios usuarios desahogándose o buscando soluciones a problemas personales o escolares. La vocación de cada bibliotecario lleva a escuchar atentamente a cada uno de los usuarios e identificar las herramientas necesarias para poder ayudar a la persona. No obstante, la energía que esto conlleva ocasiona lo que McLain (2019) describe de la siguiente forma:
My job isn’t like this every day, but I do find myself spending a lot of time withdrawn from my friends, my fiancé, and my other responsibilities because I’ve given away so much of myself that I have nothing left for anyone else, least of all me.
Existe gran satisfacción en la labor realizada como bibliotecario. No obstante, esto requiere que el bibliotecario cuide su salud física y emocional. Algunas de las recomendaciones que provee Myrna Lee (2015) son:
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En sus vacaciones aléjese del trabajo, recargue energías
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En su periodo de toma de comida, de una caminata, no hable de trabajo en ese tiempo.
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Salga del trabajo a su hora de salida, no se quede.
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No se lleve trabajo a casa, sea realista con sus límites y apéguese a estos.
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Identifique actividades que le ayuden a relajarse y saque tiempo para ellas.
Por su parte, Jennifer Hootman (2015) añade el desarrollo profesional.
At least once a week make time in your schedule to engage in professional development. It doesn’t have to be a big deal. Start with just taking some time to learn something that’s new to you. Whether you are reading a professional blog post, participating with colleagues in a Twitter chat, or watching a video, it’s important to make time for this kind of activity even if it’s only briefly each week.
Craddock (2019) cita algunas recomendaciones que ha recopilado de talleres profesionales.
To avoid burnout, the speakers advised that we say “no,” work within time limits, hydrate, and break up tasks.
En su blog, Beth Saxton (2019) indica que el bibliotecario escolar o que labora con niños y jóvenes debe aprender a delegar tareas, evitar compararse con otros colegas bibliotecarios (esto incluye programas y colecciones) y el adoptar cada tema emergente. Este último, consiste en seleccionar cautelosamente los temas emergentes que se desean adoptar en la biblioteca. Pues, en el campo bibliotecario existen muchos. En el caso del desarrollo profesional, aconseja que el bibliotecario debe hacer lectura sobre su especialidad. No obstante, la selección del desarrollo profesional y las lecturas de desarrollo profesional deben escogerse concienzudamente. Se debe evitar tratar de leer todas las publicaciones recientes, ya que esto también puede llevar al agobio y agotamiento.
La literatura consultada recomienda ejercicios de relajación o meditación, al igual que caminar. También se menciona ejercicios de mindfulness. En mi experiencia, son pocas las veces que uno encuentra un espacio para relajarse. Sin embargo, es necesario aplicar algunas de estas recomendaciones. Algunas de las prácticas que realizo para evitar el agotamiento, aunque en varias instancias no las continúo, son:
- Receso de merienda. Diariamente intento tener un receso para beber café o té. Aunque estoy llevando a cabo tareas del trabajo, intento que estas seas sencillas.
- Mantener comunicación con colegas del campo. En el caso del bibliotecario escolar, son raras las instancias en las que en una escuela haya otro profesional de la información. Es por ello que es vital mantener comunicación con colegas del campo. Este tipo de comunicación lleva consigo elementos empatía y solidaridad entre las partes envueltas.
- Mantener presente tu identidad como individuo. En varias instancias la identidad de cada profesional se mezcla con la personal. En el caso de los bibliotecarios, esto es mas frecuente. Siempre exalta tu personalidad e identidad fuera del rol de bibliotecario.
- Tener periodos de silencio. Aunque las bibliotecas son percibidas como lugares de silencio, esta no es la realidad de muchas unidades de información. Constantemente, el bibliotecario está interactuando con el público. En raras ocasiones el profesional de la información se encuentra solo en su mostrador o espacio. Al salir del entorno laboral, intenta mantener un tiempo de silencio. El silencio permite calmar los pensamiento y regenerar.
El trabajo del bibliotecario es una vocación. Hay grandes satisfacciones en las tareas que se realizan. Sin embargo, la vocación no debe incidir en la explotación. El profesional de la información, al igual que cualquier ser humano, merece un espacio para cuidarse. Es necesario tener presente las fortalezas y límites de cada cual. Dentro de los límites se encuentra el espacio para descansar y regenerar. El bibliotecario, como servidor público, debe estar saludable y presente para poder llevar a cabo una labor de excelencia.
Referencias
Craddock, I.M. (2019, 8 de julio). Self-care tips for school librarians. School Library Journal. Recuperado de [enlace]
DelGuidice, M. (2011, enero-febrero). Avoiding school librarian burnout: Simple steps to ensure your personal best. Library Media Connection, 49(4), 22-23. Recuperado de [enlace]
Kagan, O. (2017, 26 de octubre). The important emotional labor of library most people never think about. Everyday Library. Recuperado de [enlace]
Hermon, A. (2019, 29 de abril). Burnout and self-care. School Librarians United. Recuperado de [enlace]
Lee, M. (2015, 29 de mayo). Agotamiento del bibliotecario (librarian’s burnout). Infotecarios. Recuperado de [enlace]
McLain, K. (2018, 2 de febrero). I’m not a superhero: The stress of library work. Book Riot. Recuperado de [enlace]
Oliver, A. (2019, 19 de abril). Working as a librarian gave me post-traumatic stress disorder symptoms. Los Angeles Times. Recuperado de [enlace]