La Conferencia de la American Library Association (ALAAC, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en la ciudad de San Francisco, en California. Anualmente la conferencia tiene una duración de cinco días y se celebra a finales de junio. La ALAAC, al igual que la Ciudad, es una plagada de diversidad. Hay un sinnúmero de actividades, exhibiciones y recursos. Cada año la ALAAC expande sus horizontes y lazos internacionales. Un ejemplo de la asistencia de bibliotecarios internacionales queda evidenciado en la gestión y actividades realizadas por el International Relations Round Table (IRRT). Por supuesto, no podemos olvidar la asistencia de Paul Tarín, Mauricio Fino y Alejandra Méndez. El año pasado asistieron otros dos Infotecarios: Myrna Lee y Santiago Villegas, quienes presentaron un afiche titulado Colombia and Puerto Rico enhancing the library to empower communities in the digital age.
Este año la Conferencia fue celebrada durante la semana de Orgullo LBGTT de San Francisco. Debido a que esta celebración ha sido una tradicional en la ciudad de San Francisco, ALA participó de la marcha LGBTT el domingo 27 de junio. Los miembros del Gay, Lesbian, Bisexual and Transgender Round Table, mejor conocido como GBLTRT Roundtable, marcharon junto a la Biblioteca Pública de California. Cabe mencionar que la celebración de la semana de orgullo LGBTT fue de mayor escala y homenajeada luego que en la noche del jueves 25 de junio el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictara la decisión de hacer legal el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel nacional.
La siguiente entrada fue elaborada de manera colaborativa por los tres integrantes de Infotecarios que asistieron a la cita anual de ALA. Cada uno relata a su propio ritmo sus impresiones durante los 5 días del evento, señalando las actividades más relevantes para cada uno así como una conclusión personal al final de cada intervención.
Alejandra Méndez
A lo largo de la Conferencia tuve la oportunidad de asistir a varias actividades relacionadas a la evaluación de los servicios bibliotecarios, discusiones sobre la privacidad de los datos de los usuarios de la biblioteca, prácticas para promover la diversidad en las bibliotecas, desarrollo de actividades en las bibliotecas, entre un sinnúmero de actividades donde varios exponentes realizaron introspecciones sobre la profesión. Cabe mencionar que también tuve, al igual que los colegas Infotecarios de contribuir en el diálogo generado en Twitter a través del a etiqueta #alaac15.
Entre las actividades que más disfruté, como suelo decirle a mis colegas “las deliciosas”, están aquellas relacionadas al análisis de las prácticas en los entornos académicos. Las actividades que discutiré serán las siguientes:
All the data: Privacy, Service Quality, and Analytics
El panel fue liderado por dos bibliotecarios, Lisa Hinchliffe y Andrew Asher. Hinchliffe es bibliotecaria en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, mientras que Asher labora en la Universidad de Indiana en Bloomington. Para la discusión de este panel en Twitter, los bibliotecarios utilizaron la etiqueta #alldataprivacy.
Como toda biblioteca, varias entidades y actividades requieren la recolección de datos de los usuarios. Esta práctica ha levantado ciertas preocupación relacionadas a la privacidad y el derecho de anonimidad del usuario. Igualmente, los bibliotecarios han estado en alerta debido a que parte de los datos son recolectados por distribuidores de bases de datos y recursos electrónicos. A raíz de estas prácticas muchos entienden que las bibliotecas no están cumpliendo a cabalidad la promesa y aserción que los bibliotecarios le hacen a sus usuarios: privacidad. También se incumplen con los valores estipulados por ACRL en relación a lo susodicho.
“Anonymous data does not exist,” Hinchliffe.
A lo largo de la discusión entre los panelistas se hicieron recomendaciones de mejores prácticas. Entre las recomendaciones se encuentra: conocer los términos de uso en relación a la recolección de datos de los servicios a los que la biblioteca está suscrita. Igualmente, se recomienda la destrucción de datos luego de la realización de informes y análisis sobre la valorización de los servicios bibliotecarios. Finalmente, se discutió la necesidad de cabildear por la privacidad de los usuarios en la biblioteca a nivel institucional. Este último punto se centra en el uso de herramientas digitales en los campus universitarios, pues gran parte del equipo electrónico que poseen es manejado por un departamento u oficina de informática. Esta oficina, puede realizar prácticas de guardar datos de los usuarios. Por lo cual atenta contra la anonimidad del usuario.
Collective Cultural Diversity: Promoting a Dialogue about Diversity in an Academic Library
Rebecca Marrall fue la panelista de este evento. Según su perfil Marrall trabajó como bibliotecaria de servicios a personas excepcionales y con discapacidades. En su presentación, se discute los diversos servicios y usuarios que asisten a las bibliotecas. Debido a que el tema de diversidad cultural es uno amplio, Marrall se enfocó en las personas con impedimentos físicos y mentales.
Como ya sabemos, o se ha mencionado, el bibliotecario del siglo XXI debe ser un profesional polifacético y capaz de adaptarse a las necesidad de sus usuarios. Marrall discute este aspecto en su panel e invita a los bibliotecarios a entrenarse para servir a las comunidades y usuarios con necesidades excepcionales. Igualmente, discute la necesidades de crear un plan para el acomodo razonable de las comunidades excepcionales en la bibliotecas. Dentro del plan, el personal bibliotecario debe considerar la incorporación de actividades que atraigan a esta comunidad con el fin de enriquecer sus servicios e incluir a más personas en la comunidad que alberga. A lo largo de la presentación, Marrall discutió actividades y eventos relacionados a la inclusión de diversos usuarios en la biblioteca. Igualmente, discutió los resultados y estadísticas con colegas para el mejoramiento de sus esfuerzos.
Entre las recomendación de mayor importancia que hizo la panelista se encuentran:
- Desarrollo de un plan
- Adquirir estadísticas de los estudiantes y empleados con discapacidades a través de la oficina de recursos humanos
- Tomar en consideración a veteranos, personas con discapacidades emocionales y brechas generacionales
- Al reclutar estudiantes del programa estudio y trabajo, considerar la inclusión de personas que representen las diversas comunidades dentro del campus universitario
- Consultar con colegas y miembros de la comunidad sobre mejores prácticas
- Desarrollar actividades donde se dialogue sobre la teoría de diversidad cultural.
The Core: A Year (or More!) In, How Does it Affect Librarians?
A media mañana el domingo asistí a este controversial panel. ¿Por qué controversial? La discusión de los Common Core Standards ha sido una efervescente en los Estados Unidos y Puerto Rico. Aunque estos estándares no se han aplicado en su totalidad en las escuelas de Puerto Rico, sí se ha adoptado en la mayoría de los estados de la nación estadounidense. Varios diarios nacionales han publicado columnas de profesores universitarios y maestros, donde explican el porqué la implementación de este nuevo currículo es perjudicial. A pesar que la recepción de estos estándares y la aplicación al currículo escolar ha sido una discutida arduamente, todas las bibliotecas han sido impactadas por estos.
El panel estuvo compuesto por dos bibliotecarias escolares, Laura Ward y Wendy Stephens y una bibliotecaria académica, Sarah Hill. Tanto Ward como Stephens discutieron sus experiencias sobre cómo se ha aplicado el nuevo currículo en sus escuelas. Ambas coincidieron en cuanto a las dificultades que han enfrentado. Entre las mencionada se halla la poca colaboración que han recibido por parte de los maestros de sus respectivas escuelas y la administración escolar. Igualmente coincidieron que en la dificultad que han enfrentado en cuanto al desarrollo de colecciones. Algunos ejemplos que dieron, más allá de los contratiempos presupuestarios, fue la carencia de recomendaciones por parte de la facultad. Paralelo a ello, los programas relacionados a las artes lingüísticas (i.e. inglés) han adoptado la tendencia de leer y discutir extractos de novelas. Por ende, muchos estudiantes no han sido proficientes en el análisis de la lectura ni han desarrollado la práctica de la lectura como en años anteriores.
Por su parte, Sarah Hill discutió la necesidad de promover una discusión sobre los Common Core Standars en los programas de preparación para maestros. Según, Hill al hacer acercamientos a los profesores de pedagogía de la universidad donde labora muchos no estaban familiarizados con el tema. Más allá de las críticas que han leído en los diarios nacionales y en portales web, estos no saben cómo se desarrolla un plan utilizando estos estándares. Este detalle llama la atención, pues uno de los retos de Hill como bibliotecaria ha sido buscar formas para realizar un diálogo dentro de su biblioteca sobre el tema. Una de las estrategias que ha adoptado y que a su vez sugiere la bibliotecaria es crear foros de discusión entre profesores universitarios, maestros, bibliotecarios escolares y padres de niños en grados escolares. Esta práctica también se sugiere para otros estándares que se comenzarán a implementar en los Estados Unidos (Next Generation Science Standards). El panel de Hill muestra que la biblioteca académica no están exentas de lo que ocurre en las escolares ni del mundo escolar. Pues, según Hill parte de la incertidumbre sobre este tema nace en los programas de preparación de maestros en las universidades de la nación. Es por ello, que se requiere un espacio donde se pueda discutir cómo implementar los requerimientos estatales libre de lo estipulado por lo medios de comunicación comerciales.
But We’re Neutral! And Other Fictions Confronted by #Critlib
Esta fue unas de las actividades que más disfruté. A lo largo de un año he seguido el hilo de discusión de #critlib a través de Twitter. Este diálogo dinámico estuvo a cargo de Annie Pho, bibliotecaria en la Universidad de Illinois, Emily Drabinski, bibliotecaria en la Universidad de Long Island en Brooklyn, Fobazi Ettarh, bibliotecaria escolar en la Escuela Pública de Hawthorne, Kelly McElroy, bibliotecaria en la Universidad Estatal de Oregon, y Nicole Pagowsky, bibliotecaria en la Universidad de Arizona. Cada una de las panelistas ha fungido en el pasado como moderadora en el chat de #criblit.
En la actividad se discutieron cinco mitos sobre la bibliotecología:
- La ciencias bibliotecarias son inclusivas.
- Todos los bibliotecarios poseen ideologías políticas similares
- La implementación de la teoría en la práctica bibliotecaria
- Neutralidad ante la injusticia
- “Si haces señalamientos, te quedarás solo”
Cada uno de los mitos fue discutido por cada una de las panelistas. Al final de la conferencia mucho de los oyentes participaron, incluyendo aquellos que estaban en línea a través de Twitter. Se abordó sobre la necesidad de detallar y discutir estos mitos, pues actualmente el mundo de las ciencias bibliotecarias es unos complejo. Al igual que nuestros usuarios, los bibliotecarios deben representar las necesidades de su comunidad. Las panelistas impulsaron a los oyentes a que sean miembros activos de su comunidad y que participen de los diálogos que se están desarrollando en las diversos escenarios comunitarios. Al final del diálogo, cada uno de los panelistas concluyó que el diálogo que se desarrolla en el chat necesita ampliarse a nivel global. En la entrada del martes 21 de julio, detallaré un poco más sobre la discusión de este panel y el diálogo
Este es el segundo año que asisto a la Conferencia. Ambos años han sido experiencia enriquecedora en la cual no sólo he aprendido sobre la profesión bibliotecaria y las nuevas tendencias dentro de la disciplina. Igualmente, me he topado con que muchas de las prácticas que se realizan en Puerto Rico también se hacen en los Estados Unidos y Australia. No todo es la observación y comparación de prácticas. En algunas sesiones y actividades, noté que las preocupaciones sobre las nuevas prácticas y la adaptación de las nuevas tecnologías son las mismas en todos los países. Pues, al igual que en Estados Unidos muchas naciones rigen la práctica bibliotecaria bajo el mismo código de ética. Esto se pudo observar en las actividades reseñadas.
Al final de la semana se puede notar un aura sobre qué desea cada persona que asiste a las diversas actividades de ALAAC: el mejoramiento y enriquecimiento de la profesión. Las nuevas ideas discutidas son algunos de los elementos con los que uno se topa en la Conferencia. Como agentes culturales, educativos y profesionales de la información, es nuestro deber poner en práctica lo aprendido y continuar contribuyendo a la profesión. No todo lo discutido está escrito en piedra. Cada año sirve para poder discutir nuevos hallazgos sobre lo aprendido en el anterior e intercambiar nuevas ideas. Igualmente, cada año inspira a la posibilidad de poder ser partícipe del diálogo que se genera en los diversos talleres y actividades.
Un álbum de fotografías se encuentra en el siguiente enlace.
Paul Tarín
La Conferencia Anual y Exhibición de la American Library Association se asume como uno de los grandes eventos bibliotecarios del mundo, y en efecto, la presencia de profesionales de toda la Unión Americana y de varias partes del mundo, sale a flote y lo convierte en un encuentro diverso y de importancia más allá a únicamente los Estados Unidos.
La sesión general de apertura realizada en el Centro Moscone (Sí, el mismo en el que Apple ha realizado Keynotes) incluyó la emotiva presentación de Roberta A. Kaplan, autora y abogada promotora de la Ley de Defensa del Matrimonio DOMA (por sus siglas en inglés a Defense of Marriage Act), que magníficamente coincidió justo en el día en que la Suprema Corte de los Estados Unidos celebró el fallo que declaró la legalidad del matrimonio igualitario en todo el país, y cuyo beneplácito se extendió en una recepción a nivel mundial por su relevancia. En un marco de congratulación, Kaplan compartió desde su experiencia personal de salir del armario como de la labor de promoción del matrimonio igualitario. En sí, el mismo hecho de encontrarnos ese día y en San Francisco, lugar emblemático de la cultura LGBTTTI (Lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual), permitió sentir una atmósfera de celebración.
En el mismo tenor, fue constante el sentido del reconocimiento a la diversidad a partir de la presencia del contingente de la ALA en el San Francisco Pride, la inclusión de grandes compañías que daban mención y participación a las causas LGBTTTI (3M ofrecía la donación de dinero a la mesa LGBT de la ALA por cada título de libro posteado en su muro que para cada persona hubiera sido trascendente en el plano de la diversidad sexual y de género), y la existencia de un baño neutral de género en el Centro Moscone sur (porque ciertamente para las personas transgénero y transexuales, ir al baño la gran cantidad de veces resulta una ocasión de ofensa y discriminación). ¿Alguna vez habían pensado en si los servicios sanitarios de su biblioteca dan reconocimiento y respeto a las personas trans? ¿Tendrían que existir este tipo de distinciones si fuéramos lo suficientemente libres de prejuicios para tratar al otro con respeto y dignidad? El reconocimiento por las empresas y las organizaciones a la comunidad LGBTTTI cada vez es mayor, y el ámbito bibliotecario no puede ser la excepción.
La sesión de apertura cerró con otro momento emotivo; la entrega de la primera edición del premio ‘La gente primero’ (People First Award) que fue entregado a la sede de Pennsylvania Avenue de la Biblioteca ‘Enoch Pratt’ de Baltimore. La biblioteca permaneció abierta a los usuarios durante el transcurso de los disturbios suscitados en abril de 2015 tras el funeral de Freddie Gray, un hombre afroamericano que bajo la custodia de la policía falleció en circunstancias extrañas y que derivó en el cese de seis oficiales de policía. Durante los disturbios, la biblioteca permaneció siempre abierta y fungió como refugio seguro para muchas personas, aún cuando en los alrededores varios edificios fueron incendiados y establecimientos fueron cerrados. Lo cual además fue para mí algo muy inspirador, porque las situaciones y hechos de violencia, injusticia, descontento social, enfrentamientos, pobreza y más, llegan a ser algo tan común que corremos el riesgo de olvidar la diferencia que desde nuestra labor podemos hacer no sólo por la información y educación sino para participar en las causas que muchas veces parecen perdidas, pero que no lo serán mientras exista la participación social. El reconocimiento del compromiso por la comunidad es algo importante para motivar y hacerle ver al otro lo fundamental y relevante que es esta profesión.
Ese sentido de vinculación comunitaria y social estuvo presente durante toda la conferencia anual que se realizó bajo la leyenda («Transformando nuestras bibliotecas, a nosotros mismos»), cerrando con el almuerzo de cierre para el cambio de directiva de la ALA y sus secciones pasando la presidencia de la asociación de manos de Courtney L. Young a Sari Feldman. En el evento fue presentada la campaña ‘Las bibliotecas transforman’ (Libraries transform), que maneja frases complementarias del impacto de las bibliotecas en la sociedad, tales como:
-
Porque más de una cuarta parte de los hogares estadounidenses no tienen una computadora con una conexión a Internet.
-
Porque hay más de 14.4 millones de resultados de búsqueda para las elecciones presidenciales de 2016.
-
Porque el mundo está a su alcance y en el mundo puede ser un lugar de miedo.
-
¿Por qué no ser capaz de llevar tu caramel macchiato grande snickerdoodle?
-
Porque los estudiantes no pueden pagar revistas académicas con el presupuesto de una sopa de fideos ramen.
-
Porque los empleadores quieren candidatos que sepan la diferencia entre una búsqueda en la web y la investigación.
La perspectiva bibliotecaria de figura participante como agente de cambio y de formación social fue un aspecto latente incluso a partir de la presencia de la Oficina de Educación Correccional (OCE por sus siglas en inglés) del estado de California, que en su stand promovía la solicitud de empleo de bibliotecarios para correccionales y prisiones estatales, que pudieran contribuir a la educación y formación de reclusos como una estrategia de reducción de la reincidencia del delito.
La conferencia y su exhibición también representa un estado de la oferta de servicios y productos para las bibliotecas, ayudando a ampliar la perspectiva y conocer las tendencias de lo que comercialmente se adquiere y contrata en Estados Unidos. Obviamente contando con la presencia de autores, distribuidores de libro impreso y digital, las grandes editoriales como la APA, Sage, Elsevier, Oxford University Press y tantas más, así como de instancias gubernamentales e instituciones como la ONU, el FMI, el Banco Mundial, la OECD, o la Library of Congress. También los stands de escuelas de ciencias de la información, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) y de bases de datos tan particulares como la biblioteca en línea ‘Rock’s Back Pages’, especializada en periodismo musical. Dentro de la oferta se encontraban desde vehículos para bibliotecas móviles, equipo para préstamo y devolución automatizada no sólo de libros sino hasta de laptops y tabletas, equipo para microfilms, una gran variedad de tipos de escaners, juegos didacticos infantiles, hasta equipo para reparación de discos compactos y DVD’s. Creo que algunos de los servicios ofertados y poco considerados en las instituciones educativas al menos en México, es la contratación de bases de contenidos audiovisuales (videos, tutoriales, películas y documentales), de las cuales Kanopy y Lynda resultan un buen ejemplo. También la presencia de RefME, un gestor de referencias bibliográficas gratuito que surge como alternativa a los ya popularmente conocidos. Y de empresas de servicios para el alojamiento, soporte, capacitación e implementación de sistemas integrados de biblioteca (ILS) en código abierto como Evergreen y Koha, lo cual representa una alternativa a la oferta actual de aquellos sistemas que regularmente las bibliotecas contratamos y por los cuales la inversión de servicios de implementación y mantenimiento resultan costosos. Dentro la exhibición, también se encontraba el pabellón Zine, conformado de varios stands de editores de obras sin fines de lucro en el esquema de zines, dando un espacio a esquemas independientes de edición en un sentido similar y paralelo a lo que conocemos como editoriales cartoneras. Aunque existen ciertos encuentros y ferias de libro en México, recorrer los pasillos y visitar los stands con todo referido y relacionado a la profesión bibliotecaria, resulta en un verdadero regocijo, y se siente como ser un niño y estar en una dulcería.
Después de la asistencia a la conferencia, me quedo con una sensación de necesitar urgente interrelacionarnos entre sectores en México para propiciar una mejor organización y comunicación del ámbito bibliotecario a nivel nacional con todos los agentes y factores que intervienen e inciden en él. Y seguramente será algo que en mayor o menor medida sucede también en otros países latinoamericanos, y tal vez sea lo que en gran parte ha favorecido el desarrollo bibliotecario en los Estados Unidos. Es necesaria una organización que vaya más allá de un grupo de personas, o reuniones de directivos de instancias bibliotecarias de Instituciones de Educación Superior, pues prácticamente no existe y menos en las dimensiones necesarias. No somos ajenos los distintos tipos de bibliotecas y bibliotecarios entre sí. Ciertos eventos como el Coloquio Internacional de Bibliotecarios de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara han servido como grandes foros y ocasiones de encuentro y diálogo, pero mientras no exista una organización como tal y un compromiso en la causa conjunta, pocos seguirán siendo los avances.Para que de manera general, se contribuya al reconocimiento de la labor, la visibilidad de la biblioteca como agente de cambio no sólo educativo sino social y económico, y la acción propositiva tras una reflexión conjunta para desarrollar nuestras bibliotecas.
Mauricio Fino
Asistir a un evento de esta magnitud requiere una exhaustiva planeación y escribir sobre ello exige tiempo para asimilar lo vivido. Las siguiente líneas resumen mi experiencia por diferentes escenarios y momentos de #alaac15. El evento cuenta con un sitio web http://alaac15.ala.org/ y aunque han documentado practicamente todo lo necesario para sumarse al evento, puede resultar confuso para quienes nos acercamos por primera vez. Eso sí todo está bien sistematizado, como el proceso de inscripción y pago. Debo confesar que lo primero que hice al comprar los tiquetes a San Francisco fue contactar a Loida García para que me orientara pues existen diferentes rangos de precios de acuerdo a la actividad a la cual uno quiera asistir, en resumen: la conferencia (que incluye ingreso a las actividades académicas y a la exhibición), solo la exhibición (que tiene más fines comerciales) o talleres y eventos especiales que requieren pago adicional (algunos con un valor cercano o más alto que la misma asistencia al congreso). Finalmente, me decidí por la entrada al congreso y a un taller.
Ya en el Moscone Convention Center, específicamente en el punto de inscripción, los participantes internacionales teníamos nuestra propia fila. Allí recibimos la escarapela con nuestros datos y, si era el caso, un boleto adicional por taller o evento especial. También recibimos una bolsa contramarcada con el logo del evento y un libro del tamaño de una biblia con más de 300 páginas, con la programación académica y las exhibiciones, que se debe digerir lo antes posible para identificar los MUST DO y no perderse nada. En mi caso, descargué previamente la app del evento y desde allí seleccioné entre las +900 sesiones mis favoritas.
Los talleres pagos se realizan uno o dos días antes del comienzo formal del evento, algunos duraban entre medio día o el día completo. Asistí a An Innovation Workshop for Library Entrepreneurs and Makers un taller que reunió a distintos tipos de bibliotecarios de diferentes partes de los Estados Unidos. El taller se enfocó en desarrollar o mejorar un servicio bibliotecario para un público juvenil aplicando la metodología de lean startup y design thinking dado su “mínima” inversión de recursos. Durante el transcurso del taller fue inevitable no sentir nostalgia pues gran parte de los contenidos y metodologías que presentaban las experimentadas talleristas las propuse y apliqué por primera vez en la asignatura ”Diseño de servicios de información” que impartí en el primer semestre de este año, que no es más que la aplicación y natural evolución de recientes teorías como el modelo de negocios canvas de Alexander Osterwalder quien, además, publicó hace pocos meses su última obra “Diseñando la propuesta de valor” que seguramente será obra de referencia en este tema en los próximos años.
Por otra parte, se encuentran las sesiones académicas. En éstas resulta difícil, por no decir que casi imposible, que no se crucen dos o más eventos de tu gusto justo el mismo día y a la misma hora. Por eso hay que saber escoger y tener suerte para que la charla a la que asistas sea tan gratificante como esperabas o supere todas las expectativas. Entre las sesiones a las que asistí se encuentran las de autores que vengo siguiendo como John Palfrey, aquí un buen resumen de la intervención: Building a New Nostalgia,en el marco de la presentación de su más reciente libro ‘BiblioTech’; o Marshall Breeding, quien entrevistó a los gerentes de las empresas líderes de la industria tecnológica para bibliotecas como ProQuest, Innovative o EBSCO, entre otras. Allí Breeding develó una serie de preguntas que hicieron reflexionar a los panelistas sobre el futuro de este tipo de corporaciones tanto desde su modelo de negocio como su ‘lectura’ sobre las necesidades actuales y futuras de las bibliotecas. A su vez, hizo un llamado para no olvidar que en una industria tan competitiva hay una alta demanda de cooperación.
Mi favorita, sin lugar a dudas es danah boyd (@zaphire), una grandiosa e irreverente mujer-tech (o #geekgirl) que en una espléndida charla titulada ‘Living in a culture of Big data’, analiza y presenta con casos reales el impacto de los datos de una sociedad hiperconectada a través de conversaciones con jóvenes. La mejor parte está al final, en los dos últimos minutos, porque cuestiona la seguridad y falta de confianza de los bibliotecarios para involucrarse realmente en temas como la protección de datos de los usuarios y los (nos) invita a comprometernos en este proyecto/discusión que cada vez se pone más intenso. No hay quien no haya salido con la piel de gallina después de semejante presentación. ¡Aquí la charla completa!
Library of the Future – Learning with Google’s Daniel Russell
Curiosamente, la charla de Google sobre el futuro de la biblioteca fue un blockbuster pues el presentador era nada más y nada menos que Daniel Russell (@dmrussell), Senior Research Scientist for Search Quality & User Happiness para Google. Russell es antropólogo y se encarga de hacer búsquedas atípicas o complejas y estudiar sobre ello. A través de varios ejemplos se encargó de demostrar cómo la búsqueda y recuperación de información se están saltando la teoría clásica en la medida que los motores de búsqueda como Google son más avanzados y cómo esto es un reto para los bibliotecólogos. Afortunadamente, las diapositivas que expusó Russell se puede consultar en PDF aquí. Su blog es un MUST SEE SearchReSearch.
Las exhibiciones son otro de los atractivos del evento, en estos casi infinitos pabellones se albergan editoriales comerciales e independientes (p.e. había una sección increíble de fanzines), las sesiones de los posters (que encontré de un altísimo nivel) y en su mayor parte los representantes de los productos y servicios tecnológicos para bibliotecas, de los cuales Marshall Breeding publicó un excelente resumen. Los expositores y vendedores, por un lado se encargaron de ‘consentir’ a los visitantes ofreciendo desde dulces y caramelos hasta comidas tipo brunch o desde diferentes productos POP como esferos, agendas y calcomanías hasta productos tecnológicos de alta gama y por otro, (aunque no todos) se enfocaron en brindar toda una experiencia de inmersión a los visitantes en sus stands, tuve la oportunidad de asistir a presentaciones de productos (herramientas de descubrimiento, préstamos de libros electrónicos, gestores bibliográficos), a charlas académicas organizadas por los mismos vendedores e incluso probar plataformas tecnológicas para bibliotecas que están en desarrollo.
Una de las ‘reglas de oro‘ para los primiparos o para los que asistimos por primera vez es dejar algo de tiempo para conocer sobre la ciudad, ya me había adelantado y publicado algo sobre ello en Biblioturismo por los Estados Unidos (V): San Francisco y El Valle. Un álbum completo de fotografías se encuentra en el siguiente enlace.
A manera de conclusión, re-afirmo que este tipo de eventos son un escenario perfecto para conocer experiencias pero también para hacer nuevos contacto. En los pabellones conocí personas que trabajan con Wikipedia desarrollando proyectos interesantísimos en bibliotecas y clases. Seguimos en contacto y con ganas de replicar algo con una de mis clases. ALAAC tambiés es un espacio de desvirtualición como me ocurrió con grandes colegas como Loida García y Jesús Lau o JP Porcaro (reciente ex-candidato a la presidencia de ALA, a quien cruce en un ignite session) y Laurie Bridges (que me reconoció a pesar de ir caminando distraídamente por las afueras del Moscone Center) a quienes conocía desde hace tiempo solo a través de redes sociales. También, cabe destacar, los diferentes espacios que ofrecen los organizadores para los invitados internacionales. Asistí a una charla de tipo introductorio el primer día y allí conocí bibliotecólogos de varias partes del mundo algunos, al igual que yo, asistiendo por primera vez. Algo similar ocurrió el penúltimo día, en la recepción de bibliotecarios internacionales, otro espacio de integración. Aunque, debo admitir, lo que me cautivó fue ver de primera mano el poder de la organización del gremio, pues el evento mueve una masa de alrededor de 20.000 personas una cifra casi inconcebible en otro país de la región.
Hasta aquí nuestro post colaborativo, aunque no tenemos una foto solo de los tres, les compartimos una foto del momento de desvirtualización de cada uno.
¿Te gustó esta entrada? Escribe un comentario o compartela con tus amigos y contactos.
Por: Alejandra Méndez, Paul Tarín y Mauricio Fino.