«Todo lo que yo pude haber logrado en mi vida, de la magnitud que sea, pequeña o grande, me lo ha dado la palabra. Por eso siempre he creído que leer es un poder«. Eduardo Liendo
«¿Cuál es la ciudad del futuro? La del barrio convertido en ciudad, eso quisiera, y la de las urbanizaciones transformadas en eso mismo. Pero la que más me aterra, lo confieso, es una ciudad que no signifique nada«. Ignacio Cardona
Ya en una oportunidad les hablé acá en InfoTecarios del Festival de la Lectura de Chacao, importante evento cultural de este municipio del Área Metropolitana de Caracas. Por séptimo año consecutivo la Plaza Francia de Altamira albergó en su emblemático espacio público, una de las más influyentes [quizás, la más diversa] feria de libros que se realiza en la capital venezolana. Aun cuando en el pasado más que reciente, dicha zona, haya sido epicentro de múltiples y casi interminables enfrentamientos violentos entre manifestantes antigobierno y cuerpos represivos de las fuerzas armadas oficiales.
Con toda seguridad -y en el sentido más contradictorio de la palabra- la inestabilidad política ha permeado buena parte de los espacios de la vida pública. Los desequilibrios sociales producto de unas equivocadas políticas cambiaria y económica, a costa de un evidente botín petrolero, no han generado otra cosa que incertidumbre. Todo esto sin mencionar los altos niveles de criminalidad e impunidad que azotan a todas las clases en todas las regiones de Venezuela, sin distingo alguno.
En ese contexto, aún en tales condiciones, la gente sueña con lugares comunes para el encuentro ciudadano: el Festival de la Lectura de Chacao es uno de ellos, tal vez el predilecto de gran cantidad de caraqueños. Así como lo describe en su nota periodística Vanessa Arenas de Efecto Cocuyo: un oasis urbano entre libros, ciudadanía y conferencias.
En esta ocasión el 7° Festival de la Lectura de Chacao se realizó, desde el 30 de abril hasta el pasado 10 de mayo, en homenaje al novelista, cuentista y ensayista caraqueño Eduardo Liendo. Un total de 87 expositores, entre editoriales, librerías, distribuidores, libreros y hasta diseñadores de tazas y franelas literarias, se dieron cita en el ágora chacaoense. Y que además contó con más de 80 actividades artísticas, culturales y musicales en la ya tradicional Tarima Norte, para los más pequeños estuvo la Sala Infantil y los más diversos contenidos en el Salón Jardín.
«Leer Futuro es la apuesta que hacemos para formar ciudadanos íntegros, capaces de reflexionar, analizar y discernir”, fueron las palabras de Albe Pérez-Perazzo, presidenta de Cultura Chacao, para promover el lema del evento: LEER futuro para construir ciudad. De hecho, varios de los conversatorios y foros fueron organizados en ese marco: Leer futuro, hablando de los jóvenes lectores, del porvenir de la lectura y el pensamiento, de la literatura digital, de los nuevos autores, de la ciudad del futuro y de la prensa desde el papel a lo digital.
Adicionalmente, con la serie In Memoriam se rindió homenaje a cinco venezolanos que dejaron su legado a favor de la democracia: Juan Liscano, Mariano Picón Salas, José Ignacio Cabrujas, Pedro León Zapata y Luis Brito. También, seis invitados internacionales visitaron esta edición, incluyendo a los escritores españoles Manuel Moyano y Anelio Rodríguez que participaron en diferentes conversatorios y en un “Encuentro con jóvenes cuentistas venezolanos”, y a la politóloga y activista guatemalteca Gloria Álvarez que habló en una abarrotada Tarima Norte sobre “La ciudad, los libros, la tecnología y la libertad: armas contra el populismo”.
“Este es mi espacio favorito. Cada año quedo más encantada”, dijo sonriente la visitante Ana Patricia González a Efecto Cocuyo. ¡Y coincido plenamente con ella! Pero también, como quien murmulla un secreto, dijo en voz baja a la periodista: “lo único es que los libros están carísimos (muy costosos)”. Aspecto en el que también estoy muy de acuerdo, ciertamente los altos costos de impresión de los materiales de lectura y las cotidianas trabas para la importación de libros, precisamente por todos los desequilibrios existentes, hacen del mercado del libro uno más de los rubros que ha caído en el lodo de la fuerte recesión y crisis económica venezolana.
En un trabajo publicado en Finanzas Digital, Sarai Coscojuela, amplía la información después de haber consultado a varios de los expositores presentes en la Plaza Francia de Altamira. Concluye que las ventas no cumplieron las expectativas, pues los entrevistados alegaron que comparativamente con años anteriores los resultados han sido inferiores, algunos se quejaron de la “poca publicidad”, y otros adujeron que contaban con menos mercancía “por la disminución de las importaciones y también por la escasez de papel”.
Efecto Cocuyo también resalta que en 2014 hubo menos libros nuevos publicados, menos días de actividades, menos visitantes y que el costo de las publicaciones también era mucho menor en comparación con esta edición, en esto último, haciendo directa alusión a la disparada inflación de la economía que con respecto al año anterior a estas alturas ya proyecta hiperinflación. Sin embargo, la referencia al año pasado también se debe a las protestas realizadas en abril de 2014, cuando el sitio fue tomado por un grupo que se identificaba como opositor al gobierno de Nicolás Maduro.
Tal vez por esta razón los grandes ausentes del Festival de la Lectura de Chacao, en esta oportunidad, fueron las editoriales del Estado que habitualmente se ubicaban en la parte sur de la plaza y que en esta edición dejaron un inmenso vacío en esa zona. Y decimos “tal vez” pues considerando las declaraciones de noviembre pasado, del entonces presidente del Fondo Editorial Fundarte, Freddy Ñáñez, en las que dijo que no participarían en Chacao «por razones de seguridad» y también por considerar “una ironía asistir a la Feria de Lectura con semejantes huéspedes”, asumimos que aquello les impidió presentarse.
Particularmente, pregunté a los organizadores sobre el caso y éstos alcanzaron a decir: «Sí, los invitamos pero no quisieron venir«. Definitivamente, allí pudo más la cada vez más artificial polarización política.
Otro aspecto a considerar y evaluar en lo inmediato es el de la cantidad de visitantes. Porque si bien es cierto que 5 mil personas por día es una cifra importante, se queda sumamente corta frente a los más de 23 mil visitantes por día que tuvo el Festival de la Lectura en 2013.
¡Pero no todo fue malo! Se destacaron durante todo el evento a los nuevos autores y los jóvenes lectores como parte esencial de ese #LeerFuturo; temas como la gastronomía, la ciudad, la literatura digital, la narrativa venezolana y los medios de comunicación, fueron grandes innovaciones este año.
La presentación de libros en casi toda la programación precisamente a contracorriente de las oscuras aguas de la economía, son una muestra del estado de resiliencia con la que se asumen los proyectos en este país. Y la incorporación de temas vitales asociados al pensamiento de y por la ciudad, con la serie de foros denominada “Cuéntame un cuento, Caracas”, le dan mayor profundidad al programa. Ni hablar de la rica diversidad de temas que se abordan en los conversatorios, en un lugar de la plaza que dicho sea de paso ya se ha quedado pequeño de cara al futuro.
Verdaderamente agradable fue ver a la biblioteca más importante de Chacao salir de sus muros, con aquello de “La Biblioteca LPG va a la plaza”, la manera creativa de hacerse partícipe del Festival de la Lectura, también muy presente en toda la programación y dedicada a las actividades con niños y adolescentes. Del mismo modo, un total de ochenta publicaciones del homenajeado Eduardo Liendo fueron donadas por distintos sellos editoriales a la Biblioteca Los Palos Grandes, para que estén a disposición de todos los ciudadanos.
Los cierres musicales de cada noche también dieron de qué hablar. El Taller de Jazz Caracas, Rafa Pino y Edward Ramírez, Yolanda Da Costa y Selene Quiroba, Riu’s Blues, Retro 2.0, Williams Mora y La Sarabanda, entre otros, se hicieron sentir con instrumento en mano en la parte norte de la plaza. Una extensión nocturna que se hizo con mucho esfuerzo pues hasta las 9:00 pm., podía ir el Festival por la inseguridad generalizada, no más de eso.
En lo personal, solo pude asistir dos de los once días a la también llamada Plaza Altamira. El miércoles 6 me instalé en el Salón Jardín y pude escuchar los conversatorios: «La historia ayer y hoy, a propósito de la obra de Caracciolo Parra Pérez» a cargo de la Academia Nacional de la Historia y la Fundación Bancaribe, con la participación de los historiadores Inés Quintero y Sócrates Ramírez; y «Narrar la ciudad: Caracas muerde y Objetos no declarados«, crónicas del escritor Héctor Torres moderada por la bloguera irreverente Naky Soto. Luego, el viernes 8 sentí la necesidad de volver y me reencontré con la buena amiga Carmencita Martínez, promotora de lectura y emprendedora de la literatura infantil y juvenil con Crear y Organiz-Arte. Pocas compras durante la estancia, por obvias razones de bolsillo, pero puntuales y necesarias como algunos títulos de Ediciones Ekaré para mi chamo.
Muy poco tiempo le dediqué esta vez, pero momentos que disfruté a más no poder. No podía quedarme sin pasear por esos caminos de la cultura, auténticos de la plaza que ya dibuja tradición y arraigo. Vale la pena realmente respirar ese otro ambiente de alegría por los libros, por la lectura, por las tertulias, por el conocimiento, por el re-encuentro con tu espejo ciudadano. Da una inmensa satisfacción hacerse parte de ese otro país, esa otra ciudad que se construye desde su propia gente. Y todo gracias a la palabra escrita y a la palabra hablada, que se lee pensando en el futuro, construyendo ciudadanía y democracia, y soñando relatos de esperanza.
Cierro con algunos datos interesantes y palabras cruciales que ha dejado el alcalde del Municipio Chacao, Ramón Muchacho, en la inauguración del evento y que destaco a continuación:
«Esta es la plaza Altamira que queremos y la plaza Altamira que soñamos. En ningún rincón de Venezuela, me atrevo a decir que en ningún otro municipio, se dan las discusiones, las charlas y los debates que se dan en Chacao, en la plaza Altamira, en las Esquinas de Ideas de la plaza Los Palos Grandes o en el Teatro de Chacao. Este es un país que no está muerto y que se niega a morir o a darse por vencido, aquí todo está por hacerse y eso es producir y parir esa Venezuela que viene y eso comienza no en nuestros músculos, comienza en nuestra mente, el pensamiento y el intelecto, por eso estamos aquí en un acto profundamente libre y democrático, este es el reflejo de la Venezuela que anhelamos«.
Esta edición contó por segundo año consecutivo con la aplicación para Androids, «Festival de la Lectura Chacao«, a través de Google Play y Play Store, que ofrecía al usuario un mapa interactivo para visualizar los stands de los expositores, la fecha y hora de cada una de las actividades diarias.
La programación y actividades tuvieron muy buena cobertura en redes sociales a través de las cuentas de Cultura Chacao en Twitter @culturachacao, Facebook culturachacao.org e Instagram CulturaChacao o en la página web www.cultura.chacao.gob.ve utilizando, además, las etiquetas #LeerChacao2015 y #LeerFuturo.
Para tener una idea detallada de las actividades recomiendo las minicrónicas del Festival de la Lectura de Chacao 2015, de Mirco Ferri, que van desde su sorpresa de subir a tarima junto a Roger Michelena (asiduo lector Infotecario) para presentar «De amores y domicilios» de Arnoldo Rosas, la anecdótica nota de la presentación de Boris Izaguirre, la entrevista con toque musical de «Rock con Letras«, entre otras notas.
Finalmente, para apreciar algunas imágenes que ha dejado la edición 2015 del Festival no se pierdan el álbum de la cobertura fotográfica realizada por los alumnos del Taller RMTF y las que registra la cuenta Instagram oficial de Cultura Chacao.
@rennygranda
Es triste la situación del país. Desearía que todo el país tuviera el mismo ambiente que la plaza Altamira en época de Feria del Libro. Solo la Educación de la sociedad nos salvara de este infierno. Esperemos que la Feria nunca se vaya