Enviado por RennyGranda el Mar, 05/02/2013 – 23:47.
«Pero ahí vienen bajando de la montaña con la esperanza
Las madres que ven por sus hijos
y que sus libros para la escuela son su soñar
Pero ahí vienen bajando de la montaña con la esperanza
hombres y niños mal heridos, buscando asilo
buscando un sitio, para soñar y amar«.
? Minas Piedras, JUANES
La Vida es…un Ratico (2007)
El pasado mes de diciembre realicé un pequeño viaje familiar de una semana, a la hermana ciudad de Medellín. Es una de varias ciudades latinoamericanas conocida con el alias “ciudad de la eterna primavera”, sin embargo, yo prefiero llamarle: la ciudad de las bibliotecas. Y es que en la región uno encuentra las bibliotecas populares argentinas, el bibliometro y las biblioredes chilenas, las bibliotecas rurales bolivianas y peruanas, y más -que aún no visito-; pero nada como el movimiento bibliotecario en la capital del departamento colombiano de Antioquia.
Pero, ¿por qué Medellín? Y no Bogotá, Santiago, Buenos Aires, México D.F. o la propia Caracas. Fue en 2006, aún como estudiante de bibliotecología, cuando por primera vez salí del país a conocer un poco más sobre la profesión. Y a Medellín por iniciativa de nuestro amigo y padre académico Eddy Díaz Souza, quien nos invitó a conocer el sistema bibliotecario de la ciudad a propósito de un importante congreso internacional. Fue así como junto a él y Nazly Céspedes Escobar, mi amiga y compañera de tesis, emprendimos viaje a la capital antioqueña como el trío venezolano en el «I Congreso Internacional de Investigación en Ciencia de la Información«, organizado por la Escuela Interamericana de Bibliotecología bajo el lema «La Gestión del Conocimiento y la Biblioteca Pública: una posibilidad para construir ciudadanía«.
Más tarde, por iniciativa propia, ya como bibliotecólogo y movido por la impactante experiencia del año anterior, me aventuré solitario al «Congreso Internacional La Biblioteca Pública: un continente entre los continentes«, organizado por COMFENALCO Antioquia, CERLALC y la Alcaldía de Medellín, en noviembre de 2007. Y sin duda, la ciudad me atrapó -de nuevo- con sus “biblioideas”. Dos momentos clave captaron mi atención: 1. El nutrido discurso de Sergio Fajardo Valderrama impregnado de conceptos para la cultura ciudadana, en su intervención durante el evento con su «Medellín: del Miedo a la Esperanza» en el que incluyó el proyecto Parques Biblioteca, simplemente magistral. Y 2. La capacidad organizativa y de impacto social de COMFENALCO Antioquia con el evento y su labor institucional, respectivamente. Queda uno sorprendido y admirado cuando te explican que personas jurídicas de derecho privado como las Cajas de Compensación Familiar ofrecen servicios públicos de educación, salud, recreación, etc., entre ellos, servicios de bibliotecas.
Fueron dos años muy productivos en mi corta vida profesional. No solo por el aprendizaje y los conocimientos adquiridos durante ambos congresos, sino por el camino que de allí en adelante comencé a recorrer: el de la biblioteca pública. En otras palabras, se amplió el horizonte y el contraste con nuestro sistema bibliotecario –ahora- en declive. Recordando a Estela en la EBA-UCV: bibliotecología comparada en pleno. Y justamente, a partir de ese encuentro con Medellín salieron a relucir las primeras respuestas acerca de la biblioteca pública latinoamericana, que como muy bien señala la literatura bibliotecaria antioqueña en las letras de Adriana Betancur Betancur, Gloría M. Rodríguez Santamaría, Orlanda Jaramillo, Mónica Montoya Ríos, Luis Bernardo Yepes O., Didier Álvarez Zapata, entre otros, germinó en Caracas –tema de futuro post– hace más de tres décadas (y yo agregaría, paradójicamente).
Pero volviendo a la idea inicial: qué vi en Medellín que me ha permitido denominarla “ciudad de las bibliotecas», y desde luego, “biblioturistear”. Pues bien, uno de los primeros sitios en visitar en el 2006 fue la Biblioteca Pública Piloto para América Latina. Indudablemente, no se puede hablar del sistema bibliotecario de la ciudad sin antes conocer su origen. La “Biblioteca Piloto” un proyecto de la UNESCO en la década de los 50’ que buscó promover la creación de bibliotecas públicas en el mundo, la primera de ellas en la ciudad de Nueva Delhi (India) en 1951 y la segunda en Medellín en 1952. Y sí que lo hizo, convirtiéndose en biblioteca modelo para la región y en fuente del desarrollo bibliotecario colombiano (1).
Ese mismo año, conocimos la Biblioteca EPM. A decir verdad, la primera biblioteca pública especializada moderna que he visto en mi vida. Se concentra en áreas temáticas como la Ciencia, la Industria, el Medio ambiente y la Tecnología. Su diseño en forma de “pirámide del conocimiento” la hace sumamente visible en un sector de la urbe otrora deprimido y muy cerca del complejo administrativo de Medellín, lo que la convierte en un ícono de la ciudad. Recuerdo que también montamos en Metrocable y pudimos observar la obra en construcción del Parque Biblioteca en el barrio Santo Domingo Savio. Y utilizando el sistema Metro nos encontramos con una réplica del Bibliometro chileno, esta vez en las estaciones San Antonio y Acevedo.
Ya en el 2007, más entusiasmado gracias a las lecturas y reflexiones de los primeros títulos de la colección «Biblioteca Pública Vital» del Fondo Editorial Comfenalco Antioquia me fui decidido a visitar por primera vez la Biblioteca Pública Centro Occidental en la famosa Comuna 13 (2), la Biblioteca Pública Héctor González Mejía por segunda ocasión (3), mejor conocida como «Biblioteca La Playa»; además, conocí la ya extinta Biblioteca Pública Belén (4) y un espacio maravilloso que llaman Paradero ParaLibros ParaParques en el municipio periférico de Copacabana. También, me reencontré con la Biblioteca EPM, sede del congreso internacional ese año (por cierto Julián y amigos Info-Biblogtecarios, allí tuve el honor de conocer a Gloria Pérez-Salmerón, qué clase de persona), y desde allí me animé a conocer algunos de los primeros Parques Biblioteca inaugurados: La Quintana, San Javier y «España«.
Hay qué verle bien el nombre a esto: Parques Biblioteca. ¿De qué se trata, un parque y una biblioteca juntos? Pues no, exactamente. Se trata de espacios para el re-encuentro ciudadano, un proyecto estratégico de ciudad, un centro integral para el desarrollo cultural y social, ubicado en los lugares más deprimidos de la ciudad, para aquellos que más lo necesitan. Un grandioso plan municipal de la Alcaldía de Medellín para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, crear condiciones para el desarrollo urbano, propiciar la convivencia ciudadana, redefinir el acceso a la información y a la educación. ¿Y cómo lo hacen? Multi-servicios, Salas de Lectura, Salas de Navegación Virtual, Ludoteca, Salas de Exposiciones, Salas “Mi Barrio” o “Mi Corregimiento”, Centros de Desarrollo Empresarial Zonal (CEDEZO), Auditorio. Espacios culturales, recreativos y educativos de calidad en un solo lugar. Es el nuevo concepto de la biblioteca pública.
Y eso fue lo que confirmé en diciembre, al realizar mi tour de bibliotecas: de nuevo en la Piloto (5) y en la EPM, conociendo los Parques Biblioteca La Ladera y Belén (6), que no había podido visitar de la primera camada, y finalmente los nuevos Parques Biblioteca Guayabal, San Antonio de Prado y San Cristóbal (también conocido como “Fernando Botero”). Estos dos últimos Parques, estructuras modernas en corregimientos o zonas rurales alejadas de la ciudad. Toda una infraestructura cultural que tiene una razón de ser, y es el movimiento bibliotecario que la sostiene: todos esos luchadores que defienden “a capa y espada” su #biblioteca, que se inspiran en el Manifiesto UNESCO y que han sabido esculpir en detalle la Declaración de Caracas de 1982. Sin temor a equivocarme, les puedo decir: Medellín es el epicentro de la biblioteca pública latinoamericana. Es ahora, una plataforma bibliotecaria modelo para la región.
En cuanto al “Biblioturismo”, la palabra aún no ha sido incluida por la Real Academia Española en su Diccionario (lo más cercano, cicloturismo). Aún así, nosotros los bibliotecarios no dejamos de practicarlo o hacemos el intento en cada viaje que emprendemos. Por último, me gustaría recomendarles –a lo venezolano- los “impelables”: el Centro Histórico, la Plaza Botero y su Museo de Antioquia, la zona Carabobo Norte con su Parque Explora y el imponente Orquideorama, el Parque de los Pies Descalzos, el Pueblito Paisa, el Poblado, la 70, y para unas buenas “espumosas” colombianas cae muy bien el Bar Málaga o el Parque de los Periodistas. Finalmente, no dejen de ver los fantásticos alumbrados navideños, y si les queda tiempo, vayan a Guatapé, pura belleza natural antioqueña.
Los que gusten ver más imágenes de esta experiencia he habilitado un Álbum público en mi cuenta Facebook: Medellín 2012, ciudad de las bibliotecas…
Me despido con el siguiente Documental de la Red de Bibliotecas de Medellín, para que tengan una idea de lo que se viene haciendo en la ciudad de las bibliotecas…
Notas:
(1) Y por supuesto, este hecho histórico guarda toda relación con la creación en 1956 de la Escuela Interamericana de Bibliotecología. Ver: http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/SedesDependencias/Bibliotecologia/B.InformacionEscuela/A.QuienesSomos
(2) En el sector de San Javier, donde antes reinaba la violencia y ahora se desarrolla lo que Fajardo Valderrama llamó “El Milagro Social”. Ver: http://urbanismosocialmedellin.universia.net.co/news1.jsp
(3) En la primera oportunidad, conocimos allí al bibliotecólogo y promotor de lectura Luis Bernardo Yepes, quien con su vasta experiencia colaboró con nosotros en la elaboración de nuestro Trabajo de grado. En la actualidad, es el jefe de departamento de Bibliotecas Comfenalco Antioquia.
(4) Transformada en Parque Biblioteca en la misma comunidad.
(5) Y con la grata noticia de que el Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto recientemente había recibido la mención de Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO. Ver: http://m.elcolombiano.com/article/97608
(6) Un diseño japonés único, donado por la Universidad de Tokio. Un espacio donde se respira paz…