Bibliotecología…Tecnicismo v/s Cultura?

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¿Por qué los profesionales de la información estamos perdiendo espacios actualmente?

¿Qué gatilla que cada día más puestos de trabajo se les den a profesionales de otras áreas?

¿Por qué nuestra profesión se encuentra alicaída y sin motivación?

¿Por qué no hay un interés en investigar masivo?

            El profesional de la información, durante siglos ha custodiado la cultura y el conocimiento de la humanidad dentro de sus bibliotecas o templos del saber, en donde su trabajo ha sabido satisfacer y cubrir las necesidades de información de  comunidades enteras a través de la historia; el estrecho vínculo que ejerce con la cultura, sus competencias y relación con el entorno, le han otorgado bases para desarrollar y ampliar su campo acción.

Hoy en día el bibliotecólogo, ya sea, por su perfil como por las competencias que le brinda su formación profesional, ocupa un puesto privilegiado al trabajar por y para la cultura, lo que le abre nuevas puertas que se estaban obviando en el escenario profesional.

Algunos de los roles con los cuales hemos sido designado a lo largo de la historia son:

  • Gestor de la información
  • Organizador, conservador y posibilitador de la información
  • Diseñador, ejecutor y aplicador de tecnologías de la información
  • Preservador del patrimonio cultural.
  • Orientador de los usuarios de información.
  • Investigador en áreas en diferentes áreas del saber.
  • Promotor social.
  • Administrador de redes de información y bases de datos.
  • Líder.
  • Comunicador.
  • Educador.
  • Animador.
  • Científico, etc.

La estrecha relación que la disciplina bibliotecólogica posee con la cultura no es un tema nuevo como tampoco lo es la capacidad que las competencias académicas nos otorgan para trabajar a la par y equitativamente con los tres tipos de cultura que nos señaló Canclini anteriormente,  (cultura popular, dominante y de masas); hoy, el profesional bibliotecólogo al identificar la realidad del país en el campo social, educativo, económico, político, etc., se ha convertido en un promotor “hacedor de cosas” con bases fuertes en cuanto a los conocimientos que se requieren para gestionar los recursos, identificando las fuentes, proponiendo las acciones más probables y verdaderas en su conjunto, y desarrollando las  políticas y programas  tendientes a estimular el uso de información y a fortalecer la infraestructura para su manejo.

 

«Ninguna profesión está más involucrada que la bibliotecología en todo el proceso social» Shera (1990)

 

La figura del Bibliotecólogo es indispensable en este contexto, en donde la autogestión de recursos, el manejo de las nuevas tecnologías, la investigación y creación de información, la mediación y el manejo de nuevos y más sofisticados soportes de información lo hacen ser un actor privilegiado; y en donde su práctica le permite abrir nuevos campos interrelacionándose de manera más directa con quienes son productores de su propia historia, haciendo del intercambio de estos conocimientos una herramienta de cambio y de mejoramiento de la calidad de vida, mediante el análisis y diseño de propuestas que ayuden a preservar la identidad de estos lugares, en donde se comprenda la importancia que tiene la información y los recursos informativos, así como también la administración, en un mundo en continuo desarrollo, aprovechando las nuevas tecnologías para eliminar las distintas barreras o desigualdades de las sociedades.

 

“El Bibliotecólogo, siempre ha sido un profesional capaz de incrementar por medio de la investigación el  acervo cultural de la localidad en que se encuentra inserto”.

 

Resulta primordial entonces, redescubrir que es lo que hay detrás de nuestra profesión, esa materia prima que es el pilar de toda sociedad, saber quiénes somos como profesionales, mirar hacia atrás para hacer cambios; y analizar que deseamos lograr; existen miles de estudiantes de la carrera y profesionales también, que desean ser partícipes en la construcción y promoción de un liderazgo bibliotecario; fomentado el empuje, motivación y fuerza, pero es imprescindible antes de crear esta revolución y esperar un reconocimiento y cambiar el actual paradigma, adentrarnos en los problemas de la sociedad y no ser tan tecnicistas, interesados únicamente sólo en las nuevas tecnologías y en últimos software para las unidades de información; debemos sembrar en la cultura para cosechar una cultura más rica y una profesión más comprometida con el futuro.

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