Las bibliotecas humanas plantean leer personas en vez de libros. Una vuelta de 360 grados al algoritmo de lectura al que estamos acostumbrados.
Es un hecho que desde hace años las bibliotecas como espacios estan experimentando cambios, en cuanto al rol dentro de la sociedad, al servicio y a la tecnología.
De igual forma, el libro como soporte no escapa a estos cambios. Desde hace ya algunos años, el libro de papel se ve envuelto en una competencia romántica contra el libro digital.
El auge del libro digital en Latinoamérica.
Este es un tema que ha dado mucha tela que cortar. Gurús, profetas del libro y profesionales de la información han defendido y atentado contra el libro digital en infinidad de ocasiones.
La polémica es inevitable. Aunque hace poco, y en contribución a esclarecer este tema, la principal distribuidora de ebooks en español ha publicado su informe anual del libro digital.
El estudio arroja que las ventas de libros digitales en español subieron un 6,7%; así como, destaca que Latinoamérica registró un 12% más de unidades vendidas y un 0,9% en ingresos el año pasado. (Libranda, 2016)
Aunque no son números definitivos en cuanto al balance total, sí se observa una evolución importante del mercado digital en esta región.
¿Quiénes son los lectores digitales?
Los lectores que lejos de anclarse en los formatos del pasado navegan en las aguas del futuro tienen una capacidad adquisitiva que les permite gastar una cantidad determinada en cada libro. Además, poseen una tarjeta de crédito y un dispositivo electrónico.
No es un secreto que la penetración de celulares inteligentes en Latinoamérica es importante. Se llega a hablar de más de un smartphone por persona. Es un hecho que el pago en cómodas cuotas ha permitido a las diferentes clases sociales acceder al dispositivo.
A su vez, esta tecnología ha permitido a las editoriales ofrecer libros digitales en países donde hay problemas con la distribución del papel, como es el caso de Venezuela, por citar un ejemplo.
Pero el papel no es la única brecha que separa a lectores de su libro.
Las bibliotecas humanas frente a las digitales.
Bien sea por el problema del papel, la falta de librerías, la incapacidad financieras de adquirir un dispositivo, la difícil conexión a Internet, o por el establecimiento de un estricto control de cambio, existen muchos lectores que rinden culto a un Dios de la lectura distinto.
En las bibliotecas humanas el formato no es lo importante porque la fe que profesan está en las historias. En estos novedosos recintos del saber, los usuarios consultan personas en lugar de libros.
Un ejemplo extraordinario de esta iniciativa es la presentada por el portal Verne de El País, en su post Leer personas en vez de libros: así funcionan las bibliotecas humanas, publicado el mes pasado.
En India, gran parte de la población es analfabeta. Los índices de pobreza son altísimos, al igual que los de violencia. Son solo tres factores que muestran lo complicada que resulta la vida en este país. Muchos tendrían muchas experiencias e historias personales que contarnos. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo en la biblioteca humana de Hyderabad. (Sánchez, 2017, párr.1).
Durante media hora puedes literalmente leer a una persona. Conocer su historia. Preguntarle casi cualquier cosa. Conversar. Y para ello no necesitas dispositivos móviles, datos, conexión a Internet, tarjetas de crédito o papel. Solo necesitas adentrarte en el modo de comunicación más primario: Cara a cara.
Pero “Cualquiera no puede ser un libro” (…) “debe tener una historia que contar”, explicó el promotor de la iniciativa en India, Harshad Fad, a Verne.
El servicio que prestan las bibliotecas humanas.
En este punto del post, muchos se estarán preguntado cómo funciona este servicio.
Lo primero que debemos saber, es que la biblioteca humana fue una experiencia originada en Copenhague en el año 2000, en el marco del Festival de Roskilde, a través de la ONG Stop the Violence. Su objetivo inicial fue disminuir la discriminación por medio del diálogo y la tolerancia.
Posteriormente, esta iniciativa se ha esparcido a más de 70 países. En este mapa: Human Library Organizers World Map puedes encontrar las bibliotecas humanas que se reparten por el mundo.
La lógica del servicio es fácil. Los usuarios de estas bibliotecas consultan su catálogo y en lugar de hallar libros tradicionales encontrarán personas con historias que contar.
La escena sería algo como:
_Buenos días ¿Usted es la referencista?
_Sí, en que puedo ayudarle.
_Me gustaría tomar prestada a esa persona por media hora.
¿Raro, no?
Entre los títulos que figuran en el catálogo están «Ex soldado de Afganistán», «Mujer infectada con VIH», «Madre joven soltera», «Hijos de supervivientes del Holocausto» o «Chico de Orfanato». ¿Cuál leerías?
Definitivamente en este catálogo de rostros e historias no aplica la frase «juzgar al libro por su tapa» porque lo más importante es el contenido.
Para finalizar, les dejo un video sobre las bibliotecas humanas publicado en el canal de YouTube de Noticias MVS (2016).
https://www.youtube.com/watch?v=kV2oRvK16Lg&feature=youtu.be%20
Referencias bibliográficas:
Libranda. (2016) Informe anual del libro digital en lengua española a nivel internacional en el 2016. Recuperado en: https://ep00.epimg.net/descargables/2017/05/17/368a13a02879f7907070008be0111eb7.pdf
Sánchez, E. (02 de mayo de 2017). Leer personas en vez de libros: así funcionan las bibliotecas humanas. Recuperado en: http://verne.elpais.com/verne/2017/05/02/articulo/1493748270_878143.html
Noticias MVS (07 de noviembre del 2016). ¿Bibliotecas Humanas?. [Archivo de video] Recuperado en: https://www.youtube.com/watch?v=kV2oRvK16Lg&feature=youtu.be