La importancia de llamarse catalogador (y de asumirse como tal)

La importancia de llamarse catalogador (y de asumirse como tal)

Enviado por ClaudiaEscobarV… el Mié, 28/11/2012 – 02:19.

En este último post he decidido dar un giro a los que parecen ser mi temas predilectos (el catálogo y las RCAA), hoy quisiera enlistar o repasar las características o habilidades necesarias para ser considerado un buen catalogador y los beneficios que puede ofrecerle a su lugar de trabajo el tener uno cerca.

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En tiempos recientes he escuchado a varias personas vaticinar la obsolescencia del catalogador, así como en algún momento se hablaba de la desaparición de los libros impresos, por supuesto lo comparo con ese momento de euforia apocalíptica e ilusoria, porque para mí es casi lo mismo, el pensar que el catalogador será sustituido por programas que indicen documentos de forma automatizada o que puedan determinar el contenido de cada metadato para la descripción de un documento, es para mí lo mismo que el comparar a la catalogación con la simple captura de información o datos (y la clara muestra de que esa persona definitivamente nunca ha catalogado).

Claro está que un buen catalogador necesariamente debe tener conocimientos sobre los estándares aplicados a la organización de la información, tradicionalmente aquellos destinados para:

  • la descripción o la normalización del contenido de los registros, como las RCAA2 o las ISBD (para los distintos tipos de materiales) y actualmente sumemos las RDA
  • otros destinados a dar estructura al registro bibliográfico como lo son MARC21 o Dublin Core
  • otros para la representación de su contenido mediante lenguajes controlados como los Library of Congress Subject Headings (LCSH), LEMB, entre otros listados
  • otros que además de esa representación temática tienen  el propósito de agruparlos en un lugar físico: los sistemas de clasificación como el Decimal de Dewey o el alfanumérico de la LC
  • Además desearíamos que tenga experiencia con sistemas de automatización bibliotecaria, especialmente con los módulos de catalogación, entre otros.
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Este conocimiento idealmente debería ser solido e incluir los principios en que se basan o fundamentan cada una de esas normas, pero hoy día también sucede que hay una escases de catalogadores, yo lo he visto en mi lugar de trabajo, dos plazas de catalogador hna tardado tiempo en ocuparse y al poco rato vuelven a estar libres porque no se consiguen los perfiles deseados, las razones de esto pueden ser muchas, desde la formación que recibe el bibliotecólogo o del profesional de la información respecto a la Organización de la Información, hasta que siendo honestos y como hace poco leí en un Blog la invitación o el deseo a egresar y desempeñarse como catalogador es tan alentador como la invitación a ser un crash test dummy.

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Por eso intentaré hacer un ejercicio clarificador para enlistar las características o habilidades necesarias para un buen catalogador:

  1. Analítico y reflexivo: al enfrentarse al documento debe hacer un análisis de su contenido en un tiempo considerablemente menor, (ya que es raro que alguien lea toda una obra para poder catalogarla)
  2. Con criterio: para justificar sus decisiones, recordemos que por ejemplo las RCAA2 son prescriptivas y en varios apartados dejan la opción de que sea el catalogador el que decida la forma en que se describe o el nivel al que se hace, y las RDA requieren de un mayor uso del criterio del catalogador
  3. Cultura sólida (o simple sentido común): Para poder determinar los temas de una obra, por ejemplo lo que hago es empezar a extraer descriptores que después me llevan a localizar el término controlado que me sirve para construir los temas
  4. Propenso a trabajar de manera individualizada: es verdad, al final el catalogador a diferencia del referencista trabaja la mayoría del tiempo solo, en un espacio tranquilo donde pueda concentrarse en el análisis que enfrenta
  5. Usuario de catálogos: claro, si estamos construyendo uno es deseable que tengamos experiencia en usarlo, así podemos conocer las fortalezas y debilidades del mismo, para guiar al usuario en un uso más exitoso del mismo (aunque algunos usuarios crean lo contrario
  6. Estructurado: (otros nos llamaran cuadrados) esto puede ser visto desde el lado positivo o el no tan positivo, el respeto a las normas, el cuidado con la puntuación, en fin, esa propensión a la normalización que para muchos implica que la espontaneidad o el ingenio queda fuera de lugar en la catalogación
  7. Buena ortografía: claro, es deseable que todo aquel que este dentro de la biblioteca pueda escribir de forma adecuada, sin embargo, en el caso del catalogador se ve implicada otra circunstancia importante: el catálogo es una gran ventana de nuestra biblioteca.

Bueno creo que hasta aquí la lista, otros podrán agregar el ser lectores ávidos, poseer un bagaje cultural amplio, etcétera, pero creo que ahí se cae en la pedantería y en perfiles laborales donde se justifica la baja producción por la espeses del trabajo intelectual, y claro el catalogador hace un trabajo intelectual, es arduo, pero tampoco implica que en un día sólo se puedan elaborar 8 o 10 registros, es decir 1 hora por registro aproximadamente, aunque como todo en esta vida existen los casos dónde el análisis requerido es muy demandante.   Alguien notó que no incluí nada sobre la vocación, es decir, ¿existe la vocación para ser un buen catalogador? yo he conocido a varios muy buenos catalogadores que son profesionales en las Letras Clásicas, Filológos e Historiadores,  quienes aún y cuando no contemplaban esto como el camino ideal en su futuro se encuentran hoy felices en la catalogación.

 A manera de conclusión:
Espero que este listado refleje la importancia del trabajo del catalogador, organizar la información es algo serio, delicado, requiere tiempo y esfuerzo, por eso debe valorarse en su justa dimensión el trabajo del catalogador dentro de la biblioteca.  Finalmente el catalogador, al igual que otros actores dentro de la biblioteca ha enfrentado y está enfrentando grandes cambios, tanto en los códigos que utiliza diariamente, en los recursos que cataloga y en los cambios generados por la reestructuración dentro de su organización misma.

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Seguro faltara alguna otra característica inherente al perfil del catalogador, los invito a que me digan cuál(es) es(son) o si están en desacuerdo con alguna de las listadas, en fin, yo esto lo saque sobre todo de mi experiencia y del contacto con otros colegas, a todos ellos les envió un fuerte abrazo y una felicitación, porque para mí en este mundo caótico y en crisis es un verdadero privilegio llegar cada día a mi lugar de trabajo y reconocer que mi materia de trabajo es lo más alto de la cultura (claro no en todos los casos), donde puedo perderme un rato en sus páginas o ilustraciones, o en alguna de las características de los recursos con que debo trabajar ese día.

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2 comentarios en “La importancia de llamarse catalogador (y de asumirse como tal)

  1. Sandra Vargas

    Que bien colega, muy buen artículo, que se vea seriamente el trabajo que llevamos los que hacemos el procesamiento técnico de los recursos de información. Muy interesante. Felicidades, y adelante con este hermoso trabajo. Para mi es un gran privilegio estar en este rincón de la biblioteca, como dijera nuestro nuevo rector «hay un equipito voz en off», esos somos nosotros, y muy orgullosos lo damos todos por nuestros usuarios.

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