El Coaching en el entorno bibliotecario

El coaching es un proceso que nos permite desarrollar un cambio personal, mejorando nuestra forma de hacer las cosas o simplemente conseguir un resultado deseado. Es un proceso de facilitación de aprendizaje y de mejoramiento del desempeño de las personas. Debido a ello, ha sido muy efectivo dentro del área desarrollo humano de las organizaciones, especialmente desde el punto de vista del liderazgo, por lo que podríamos sintetizar señalando que el coaching:

Ayuda a conocernos y comprendernos mejor.
Nos invita a tomar las riendas de nuestra vida profesional o personal.

Es decir, « Ir de lo que actualmente somos hacia donde nos gustaría llegar o ser »

Consideramos al coaching como un nuevo paradigma del que surgen un conjunto de competencias diferenciadas entre las que se incluyen:

A. Establecer los cimientos

1. Adherirse al código deontológico y estándares profesionales

2. Establecer el acuerdo de coaching

B. Crear conjuntamente la relación

3. Establecer confianza e intimidad con el cliente

4. Estar presente en el coaching

C. Comunicar con efectividad

5. Escuchar activamente

6. Realizar preguntas potentes

7. Comunicar directamente

D. Facilitar aprendizaje y resultados

8. Crear consciencia

9. Diseñar acciones

10. Planificar y establecer metas

11. Gestionar progreso y responsabilidad

Para alcanzar estos niveles se requiere de compromiso, orientación a las metas, alineación en el propósito, motivación y percepción de igualdad y justicia. Esto implica involucrar, compartir, aprobar y guiar.

Si llevamos estas definiciones al campo de las ciencias de la documentación, podríamos vislumbrar que un buen coach documental será aquella persona que consiga que sus coachees alcancen sus objetivos personales, mediante una planificación seria y un entrenamiento riguroso. Es decir, aplicar el símil de enseñar a pescar en vez de dar el pescado a nuestros usuarios/clientes para que consigan saciar su “hambre”.

“Aquí es donde entra el coach documental. La persona encargada de

formar y asesorar a la organización tanto en sus tareas de gestión

documental como en el desarrollo de sus políticas respecto al mundo

2.0 que nos envuelve”. (Cuellar, A., 2010).

Un coach profesional ayuda al coachee a:

• Definir objetivos.

• Elaborar estrategias.

• Utilizar sus recursos.

• Tomar decisiones.

• Enfrentarse a situaciones difíciles.

• Desarrollar las actividades profesionales.

Dentro de las competencias genéricas que posee un coach, podemos observar que muchas van implícitas en la formación académica que recibimos como profesionales de la documentación, sin embargo, para hay más trabajo por hacer; desarrollar aún más competencias y habilidades desde nuestro ámbito de acción, ya sea desde la lucha por una mayor visibilidad para combatir de mejor manera el intrusismo, innovar y rescatar roles que han estado ocultos por años, ya sea por responsabilidad de nuestra cultura bibliotecaria o por los estereotipos marcados de la sociedad, etc..

Al custodiar el conocimiento de la humanidad dentro de las bibliotecas o templos del saber durante siglos, el bibliotecario ha sabido satisfacer y descubrir las necesidades de información de comunidades enteras a través de la historia. No obstante, esto no es tan sólo lo que podemos brindar como profesionales, ya que el estrecho vínculo que ejercemos con la cultura, además de nuestras competencias y relación con el entorno, nos otorga bases para desarrollar y ampliar el campo acción.

Desde este punto de vista, el rol de coach documental se funde con el de agente de desarrollo cultural, justificándose en las competencias en el área cultural, administrativa e informacional, pudiendo desde una organización cualquiera ser capaz de incrementar (por medio de la investigación) la cultura de la localidad en que se encuentra inserto.

Para Teresa Márquez (1998) «el…bibliotecario…demanda acciones mayores de impacto y responsabilidad social.»

Características del Profesional documentalista aplicadas al mundo del Coaching: