De la asignación temática (o el análisis de contenido)

Hace unos días mi colega Claudia Rivera  hablaba sobre el análisis documental como proceso medular dentro de la organización de la información, y aunque pareciera que por momentos nos perdemos dentro de los códigos y sus intrincadas siglas, al final todo se clarifica si vemos que hoy día la catalogación se puede dividir en dos grandes partes -diseccionando nuestro registro bibliográfico-: el contenido (normalizado por estándares como RDA, RCAA, ISBD, entre otros) y la estructura (formatos como MARC o Dublin Core y lo que surja en esto que nos leemos).

En esta ocasión quiero retomar una de las partes de mayor exigencia y rigor dentro del análisis documental: la asignación temática, detenernos en esta parte es necesario pues determina en gran medida el éxito en la recuperación de la información, si hacemos una asignación temática a la ligera corremos el riesgo de dirigir al usuario a un material que no es afín a sus propósitos o alejarlo de aquel recurso que podría servirle, rompiendo una de las principales funciones del catálogo mostrar “Todos los recursos sobre determinado tema”

Imagen tomada del sito "The power of books"

Imagen tomada del sito «The power of books»

A diferencia de otras partes de la catalogación, la asignación de temas hasta el momento no está regulada por reglas o instrucciones, sin embargo RDA contempla su inclusión dentro del Grupo 3 de entidades (Conceptos, Objetos, Eventos y Lugares) bajo la guía de los Requisitos Funcionales para Datos de Autoridad de Materia (FRSAD) que brinda un marco de referencia estructurado y definido para relacionar datos en registros de autoridad de materias con las necesidades de los usuarios de dichos datos.

Entre los principios básicos del análisis temático podemos mencionar:

  • El contenido y su representación son una labor sin normas, sólo recomendaciones pues se trata sobre todo de una labor intelectual.
  • Necesario mostrar neutralidad frente al documento.
  • El resultado depende de la interpretación del catalogador, es decir, otro puede realizarlo distinto obteniendo resultados distintos
  •  Actividad compleja, depende de diversos factores (bagaje cultural, entre otros)
  • Fundamentalmente necesita: normalización y objetividad, mediante el uso de: lenguajes controlados, como pueden ser:  Listas de encabezamientos de materia, Tesauros,  Sistemas de clasificación

Para realizarlo siga 3 pasos básicos

  •  Determine el tema general o prioritario del recurso
  • Identifique otros temas o contenidos
  • Representelos en lenguajes controlados

Algunos consejos

1. Fuentes de información: 

? Título (no siempre es confiable), Resumen, Tabla de contenido, Introducción, índice, Cubierta, Solapa y cualquier otro material acompañante
? Bibliografías, catálogos, reseñas y otras fuentes de referencia
2. Identificar el tema principal y los subtemas (incluyen aspectos como punto de vista del autor, tiempo y lugar).
? Una obra puede tener varios temas relacionados
3. Representar el contenido con base en un sistema Precoordinado (enumerativo incluye todas las posibles variantes) o Postcoordinado (se construye al asignarlo)
? Niveles: Para mostrar el contenido total o general
? Especificidad: Encabezamiento que represente el contenido de modo preciso
? Número de encabezamientos: Depende de la naturaleza de la obra, o de las políticas locales.
› La mayoría de las obras requieren más de un encabezamiento para representar el contenido                        completamente
? Obras multi-temas:
› Tratan dos o tres temas de modo combinado o separado = Asignar un tema para c/u, a menos que             un tema general cubra a todos
› Un tema central desde diferentes perspectivas o con distintos elementos (forma, lugar, tiempo), el            encabezamiento deseable debe mostrar todos esos elementos
? Se construye el encabezamiento
? Asignar distintos encabezamientos

Imagen tomada del sitio "The power of books"

Imagen tomada del sitio «The power of books»

 

Actualmente la mayoría de las bibliotecas utilizan los Library of Congress Subject Headings (LCSH), que están en constante desarrollo, incorporando nuevos temas para contar con un listado actualizado en todos los campos de las distintas ciencias y disciplinas.
En México existe un esfuerzo de gran valor y que hasta ahora no se ha igualado: la Lista de Encabezamientos de Materia de la Biblioteca Nacional de México compilada por Gloria Escamilla, en 1967 cuando ella se encontraba al frente del Departamento de catalogación de dicha Biblioteca y que resulta muy útil para la asignación de temas históricos para México.

Entre otros ejemplos latinoamericanos tenemos también la Lista de Encabezamientos de Materia para Bibliotecas (LEMB), también de 1967 publicados por primera vez por la OEA bajo la dirección de Carmen Rovira “culminación de un intenso trabajo cooperativo que requirió varios años de esfuerzo y la participación de numerosos especialistas de Bibliotecas latinoamericanas, que sin duda aportaron la mejor lista de epígrafes que se ha editado en español” ; además del Bilindex, una colección de tesauros autorizados ampliamente reconocidos para la asignación de temas en español.

Hoy día no es común que se impriman los listados de temas, en cambio podemos consultar en línea los catálogos de autoridad de distintas bibliotecas como herramientas útiles para realizar nuestras tareas, incluso algunos de ellos están abiertos para la importación de sus registros y colaboran así al desarrollo del control de autoridad en bibliotecas con tal vez menos recursos para el desarrollo del control de autoridades, una actividad que como ya expusé en otra ocasión requiere de fuertes inversiones para su correcto desarrollo. Por ejemplo:

**En un siguiente post ahondare en la estructura de los temas de LCSH.

Imagen tomada del sitio "The power of books"

Imagen tomada del sitio «The power of books»

Comentario final:

La asignación temática muestra con gran claridad la importancia del catalogador y de la organización de la información, aquí podemos encontrar algunos argumentos de peso frente a los detractores de la catalogación como una actividad profesional y de valor en los sistemas de información eficientes. Aunque habrá quien crea que un sistema automatizado puede determinar la temática de un recurso de información para hacerlo recuperable al usuario, las máquinas no pueden realizar la interpretación intelectual que el análisis temático requiere del catalogador poseedor de un conocimiento “misceláneo” por llamarle de algún modo, es imposible ser especialista en todas las áreas temáticas de los diversos recursos de información que llegan a las manos del catalogador, pero el tener una cultura sólida y en constante crecimiento nos ayudará a encontrar el concepto requerido dentro de los lenguajes controlados, llámense listados de temas, tesauros o sistemas de clasificación, para conseguir una asignación temática exitosa que al final repercutirá en una experiencia también exitosa por parte del usuario dentro de nuestro catálogo.

 Referencias

  • Gorman, Michael (2000). ¿Metadatos o catalogación? : un cuestionamiento erróneo. En: Internet, metadatos y acceso a la información en bibliotecas y redes en la era electrónica. México, D. F. : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. (Colección Sistematización de la información documental ; 1). p. 1-20.
  • Pinto Molina, María (1993). Análisis documental: fundamentos y procedimientos / María Pinto Molina. 2a ed. Madrid : EUDEMA. (EUDEMA Universidad: manuales). Caps. 5 y 6 .
  • Williamson, Nancy J. (1997).  The Importance of Subject Analysis in Library and Information Science Education. En: Technical Services Quarterly, (v. 15, 1-2: 67-87)

 

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